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El portaaviones Gerald R. Ford se sumó a la operación de Trump contra el narcotráfico en América Latina – Al Día cr

El portaaviones USS Gerald R. Ford, el mayor del mundo, y su grupo de ataque entraron en la zona de control del Comando Sur de Estados Unidos para América Latina, según informaron dos funcionarios de Washington a la agencia de noticias Reuters el 11 de noviembre. Poco antes, el Ministerio de Defensa venezolano anunció que pasaba a una nueva fase del plan de defensa «Independencia 200», ante las «amenazas imperiales», en referencia a Estados Unidos.

Estados Unidos está intensificando su despliegue militar en aguas cercanas a América Latina.

El portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque entraron en el área de control del Comando Sur en el Océano Atlántico, aumentando dramáticamente los despliegues navales que exacerbaron las tensiones con Venezuela.

Se trata del súper portaaviones de próxima generación, el más avanzado de la Armada de Estados Unidos.

Aunque el área de responsabilidad del Comando Sur en el Atlántico incluye extensas zonas marítimas, el USS Gerald R. Ford se acerca a la región luego de que el presidente Donald Trump ordenara su reubicación desde el Mediterráneo el pasado 24 de octubre, al tiempo que justificaba una lucha contra el narcotráfico y vinculaba al gobierno de Nicolás Maduro con el llamado Cartel de los Soles. Caracas niega estas acusaciones.

El objetivo es «reforzar la capacidad de Estados Unidos para detectar, controlar y desbaratar actores y actividades ilegales que amenazan la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos», afirmó el pasado mes de octubre el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, cuando confirmó la transferencia del portaaviones.

El despliegue del USS Gerald R. Ford representa una importante escalada de poder militar en una región que ya ha experimentado una concentración inusualmente grande de tropas estadounidenses en el Mar Caribe y las aguas alrededor de Venezuela.

Desde el pasado 19 de agosto, Trump anunció el inicio de este despliegue naval al que han seguido numerosos ataques contra supuestos barcos narco en el Caribe y el Pacífico. El más reciente, confirmado el lunes 10 de noviembre por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, golpeó dos embarcaciones el 9 de noviembre y mató al menos a seis personas.

El número total de personas muertas en estos ataques ha aumentado así al menos a 76 personas, señalados por Estados Unidos como «narcotraficantes», aunque Washington sigue sin dar pruebas de sus acusaciones y Caracas le acusa de buscar un cambio de régimen en su país.

Estas ofensivas también han aumentado las tensiones entre el gobierno de Donald Trump y el presidente colombiano, Gustavo Petro, uno de los mayores críticos de estas operaciones. Pero esta tensión llevó incluso a que el líder de la Casa Blanca le acusara de presuntos vínculos con el narcotráfico y le incluyera en la llamada «lista Clinton».

Estas mortíferas ofensivas estadounidenses fueron condenadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, VOlker turco, como ha señalado la directora para las Américas de Human Rights Watch, Juanita Goebertus condenó estos hechos como «ejecuciones extrajudiciales», Por ello, exigen su detención y una investigación.

Mientras tanto, los principales demócratas en los comités de inteligencia del Congreso continúan exigiendo información sobre la escalada de ataques de la administración Trump a embarcaciones presuntamente involucradas en el tráfico de drogas.

Venezuela anuncia despliegue militar ‘masivo’ ante posible ataque estadounidense.

en una declaraciónEl ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, aseguró que este martes 11 de noviembre Venezuela inició un «despliegue masivo» que incluye activos terrestres, aéreos y misilísticos ante las «amenazas imperiales», en referencia a Estados Unidos.

Caracas entra en una «fase superior» del llamado «Plan Independencia 200», con la vista puesta en un eventual ataque de Estados Unidos. El plan se activó tras el inicio del despliegue naval estadounidense en el Caribe.

Ahora, las maniobras de Venezuela incluyen «activos terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos, sistemas de armas, unidades militares, milicias bolivarianas (civiles reclutados)», entre otras estructuras policiales, militares y de defensa civil, indicó Padrino.

Asimismo, el comunicado indicó que “los Órganos Ejecutivos para la Defensa Integral (ODDI) estarán plenamente activados en todos los estados y entidades federales y municipales, a fin de realizar la coordinación interinstitucional y popular necesaria para garantizar el apoyo multisectorial que requiere la movilización nacional”.

Tácticas en la estrategia de defensa venezolana

Según fuentes conocedoras del esfuerzo y documentos de planificación vistos por Reuters, el despliegue venezolano incluye equipo militar ruso con décadas de antigüedad, mientras que Caracas planea lanzar una resistencia «estilo guerrilla» o sembrar el caos en caso de un ataque aéreo o terrestre de Estados Unidos.

Este planteamiento supone un reconocimiento tácito de la escasez de personal y equipamiento que sufre el país sudamericano.

Donald Trump sugirió la posibilidad de operaciones terrestres en Venezuela, afirmando que «la zona será el próximo objetivo» tras los múltiples ataques a presuntas embarcaciones narcotraficantes en el mar, cerca de la región. Sin embargo, el imprevisible presidente -que incluso afirmó haber autorizado acciones encubiertas de la CIA en Venezuela- negó después que estuviera considerando ataques dentro del territorio del país latinoamericano.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, insiste en que Trump busca derrocarlo y que los ciudadanos y las fuerzas armadas venezolanas resistirán cualquier intento de ese tipo.

El ejército estadounidense está muy superado en número por el venezolano, debilitado por la falta de entrenamiento, los bajos salarios y el deterioro del equipo, según seis fuentes familiarizadas con las capacidades militares de Venezuela.

Algunos comandantes de unidades incluso se han visto obligados a negociar con los productores locales de alimentos para abastecer a sus tropas debido a la escasez de suministros estatales, según dos fuentes con conocimiento de las fuerzas de seguridad estatales.

Esta realidad ha llevado al gobierno de Maduro a optar por dos posibles estrategias: una respuesta de tipo guerrillero, mencionado públicamente, aunque sin detalles, por altos funcionarios, y otro que las autoridades no han reconocido.

La defensa estilo guerrilla, que el gobierno calificó de «resistencia prolongada» y mencionó en transmisiones de la televisión estatal, involucraría pequeñas unidades militares en más de 280 puntos, llevando a cabo actos de sabotaje y otras tácticas de guerrilla, según fuentes y documentos de planificación de la táctica de hace varios años a los que Reuters tuvo acceso.

La segunda estrategia, llamada «anarquismo», utilizaría los servicios de inteligencia y los partidarios armados del partido gobernante para crear desorden en las calles de Caracas, la capital, y hacer que Venezuela sea ingobernable para las potencias extranjeras, según una fuente con conocimiento de los esfuerzos de defensa y otra fuente cercana a la oposición.

No está claro cuándo el gobierno podría utilizar cada una de las tácticas, que según las fuentes son complementarias, en caso de un ataque estadounidense.

Cualquier estrategia de resistencia tiene pocas posibilidades de éxito, Reconocieron las fuentes.

«No aguantaremos ni dos horas en una guerra convencional», dijo una fuente cercana a la administración de Maduro.

Otra fuente con conocimiento de la defensa y seguridad en Venezuela afirmó que el país no está «preparado ni profesionalizado para un conflicto», a pesar de que el gobierno afirma lo contrario. «No estamos preparados para enfrentarnos a uno de los ejércitos más poderosos y mejor entrenados del mundo», declaró.

El Ministerio de Comunicaciones, encargado de responder las consultas de los medios en nombre del gobierno venezolano, no respondió preguntas.

Sin embargo, públicamente los funcionarios del gobierno de Maduro restaron importancia a la amenaza militar estadounidense.

«Piensan que con un bombardeo van a acabar con todo. ¿Aquí, en este país?», se burló el ministro del Interior, Diosdado Cabello, en la televisión estatal a principios de noviembre, mientras el presidente elogiaba reiteradamente a los «soldados de la patria» como herederos del prócer independentista Simón Bolívar.

Con Reuters, AP y EFE