

(París). La influencia costarricense cruzó las puertas de los edificios de la OCDE en París.
En lugar de una alfombra roja, había una alfombra verde, un primer síntoma del país que se benefició de la presidencia de los ministros de los ministros para compartir más que datos y proyecciones económicas.
Las plantas e imágenes de flora y fauna, acompañadas de bosques, fueron la puerta para cientos de delegados de más de 50 países que llegaron a la cita.
Mesa tica
La comida era otra de las áreas donde Costa Rica sacó toda su tradición.
Fue el chef nacional Santiago Fernández distribuir la tradición y el ajuste.
Más de 400 personas invitadas a la cena principal pueden probar ejemplos que pasaron de salsa a postres.
«Para mí, fue una experiencia espectacular recordar cuánto están orgullosos nuestros ingredientes. Nuestros productos, nuestra cultura y compartirla con la nuestra», dijo el profesional culinario.
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En cuanto a la sensación del oído, cayó la reacción a la gran orquesta del Instituto Nacional de Música.
El grupo enriqueció las actividades y, al pasar, visitó otros puntos de París que era el ritmo nacional.