El bulbo que alivió el cráter del volcán Poás desde abril se detuvo al amanecer el martes, después de que la boca se inundó con agua de lluvia del nuevo lago formado en la boca.
Según María Martínez, volcanóloga del Observatorio Volcanológico y Sismológico (Ovsicori), el cambio ocurrió a las 3:36 p.m., como se puede ver en un video de la Red Sismológica Nacional (RSN).
«A partir de ese momento, la bombilla o la potente salida de gas, vapor y partículas en esa boca no fueron apreciadas porque fue inundada por el agua de lluvia acumulada en la boca C», dijo Martínez.
Además, el experto explicó que el colapso de una pared delgada que separaba ambas bocas hizo posible la conexión entre estas dos bocas del volcán.
«Posiblemente colapsados por rocas, ya que hemos registrado terremotos volcanotectónicos en los últimos días, que generalmente se interpretan como fracturas de roca», agregó.
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Papel de agua
Por otro lado, Martínez enfatizó que el agua actúa como un ‘caparazón’ que amortigua la tienda de calor y gas. Sin embargo, dejó en claro que el fenómeno podría revertirse.
«Si el calor del cuerpo del magma cerca de la superficie es suficiente, el agua eventualmente puede evaporarse y la bombilla sería visible nuevamente», dijo.
El volcanólogo también recordó que el magma en el área mantenía la temperatura entre 800 y 900 grados y tardó años en refrescarse. Esto significa que las fumarolas, los gases y el calor pueden continuar en la boca durante mucho tiempo.
«No podemos predecir exactamente cómo continuará este período activo. El agua absorbe el calor y los gases sueltos, pero llegará un momento en que la capacidad perderá y las explosiones de agua se pueden dar nuevamente, como la que observamos el martes», agregó.