El ayuno intermitente ha emergido como una de las tendencias dietéticas más notables de los últimos años, disfrutando de una popularidad sin precedentes. La premisa fundamental de esta metodología no se centra estrictamente en lo que ingieres, sino en restringir el tiempo durante el cual comes. Esta idea abre un abanico de opciones y estrategias para limitar el consumo alimentario, donde puedes elegir según las horas y los días que decides dedicar al ayuno.
Resultados positivos. Recientemente, un estudio innovador ha puesto a prueba la eficacia de distintas formas de ayuno intermitente, específicamente enfocándose en el método conocido como ayuno 4:3. La investigación llevó a cabo un seguimiento del impacto de esta práctica, llevándola a cabo dentro de un contexto de intervención más amplio que también inspiraba a los participantes a ser más activos físicamente. De acuerdo con los hallazgos, el ayuno 4:3 resultó en una reducción promedio más significativa de la masa corporal entre los involucrados en el estudio.
4:3. En el marco de este análisis, los participantes del grupo de prueba se sometieron a lo que se denomina Ayuno intermitente 4:3 (4:3 FMI). Esta modalidad implica una notable restricción de la ingesta calórica durante tres días no consecutivos a lo largo de la semana, donde los participantes limitan su consumo en aproximadamente un 80% de lo que normalmente comerían.
Además, esta intervención se complementó con un programa de alta intensidad destinado a la pérdida de peso. Dicho programa proporcionó apoyo conductual, así como recomendaciones para aumentar el nivel de actividad física, sugiriendo hasta 300 minutos de ejercicio moderado por semana, tal como detalló el equipo de investigación.
12 meses. En este análisis detallado participaron 165 adultos, todos ellos clasificados como con sobrepeso u obesidad, quienes fueron asignados a dos grupos distintos. Un grupo experimental que adhería a las restricciones mencionadas y un grupo de control que seguía una dieta de restricción calórica constante, logrando reducir su ingesta en alrededor del 34.3%. Ambos grupos recibieron apoyo constante y las intervenciones se realizaron durante un periodo de 12 meses.
Resultados «modestos». Aunque el contraste entre ambos grupos fue calificado como «modesto», los investigadores notaron que el grupo que aplicó el ayuno intermitente logró una mayor reducción en su masa corporal comparado con el grupo de control.
Los participantes del grupo de prueba experimentaron una reducción promedio de su masa corporal del 7.6%, en contraste con una baja del 5% registrada en el grupo de control. Además, una mayor cantidad de individuos en el grupo de prueba fue capaz de perder más del 5% de su peso inicial, con una diferencia promedio de casi 2.9 kg comparando los dos grupos.
Los detalles de este interesante trabajo se publicaron en un artículo en la revista Anales de medicina interna.
Más que una cuestión de peso. Existen múltiples motivaciones detrás de la decisión de perder peso. La atracción estética suele ser un motivador potente, pero es importante considerar que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo asociados a diversas enfermedades y trastornos, lo que puede ser aún más relevante desde una perspectiva de salud.
Las complejas relaciones causales entre el peso corporal y la salud pueden hacer que la simple reducción de la masa corporal no sea un indicador adecuado de mejoras en la salud general. Por ende, el equipo de investigación también prestó atención a cómo la nutrición influía en marcadores cardiometabólicos como la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en ayunas. Los resultados indicaron mejoras en estos marcadores, lo que sugiere un impacto positivo de la intervención, como concluyó el equipo.
En | Para muchos, omitir la cena es parte de su ayuno intermitente. No siempre es una buena idea.
Imagen | con Géminis