
En Costa Rica uno de cada nueve bebés nace prematuramente. Es una condición que plantea riesgos médicos, emocionales y sociales para las familias.
Según la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), cada año ocurren aproximadamente 5.500 nacimientos prematuros, es decir, nacimientos antes de las 37 semanas de embarazo.
En el marco del Día Mundial del Prematuro, que es reconocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 17 de noviembre, especialistas insisten en la importancia de fortalecer la prevención durante el embarazo y el apoyo integral después del parto.
Riesgos
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2024 el país alcanzó la tasa de mortalidad infantil más alta de los últimos 20 años, con la prematuridad como una de las principales causas de muerte en los primeros 28 días de vida.
Además, la OMS recordó que las complicaciones derivadas del parto prematuro son la principal causa de muerte en niños menores de cinco años y que el 75% de esas muertes se pueden prevenir con intervenciones oportunas.
Según Mitzila Reyes, Jefa de Neonatos del Hospital San Juan de Dios, los bebés que nacen prematuramente requieren atención especializada desde los primeros minutos de vida.
«Un bebé prematuro suele tener problemas para respirar y alimentarse debido a la inmadurez de sus pulmones y corazón», explicó el especialista.
También indicó que la unidad neonatal implementa terapias para reducir el dolor, promover la lactancia materna y monitorear el neurodesarrollo, con evaluaciones de motricidad fina, visión, audición y coeficiente intelectual a medida que los niños crecen.
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Historia de la lucha
En el Hospital San Juan de Dios, Gael y Mariana son parte de las historias de luchas que enfrentan estos pequeños.
Los hermanos nacieron pesando 1.300 y 1.600 gramos respectivamente y permanecieron en la incubadora durante 56 días, en plena pandemia.
Sus padres, Arianna Céspedes y Glen Calvo, describen el proceso como un camino lleno de incertidumbre y fe.
“Fueron momentos muy desafiantes. Vimos cómo la mano de Dios estaba en el cuidado de nuestros hijos a través de personas que eran ángeles”, destacó Céspedes.
Para Glen, la distancia impuesta por las restricciones sanitarias convirtió el proceso en un desafío emocional.
«Fue muy difícil no poder estar con ellos. El trabajo humano del personal fue muy importante», afirmó.
Según organismos especializados, el nacimiento prematuro también afecta la salud mental de las familias, especialmente de las madres.
Gael y Mariana nacieron pesando 1.300 y 1.600 gramos y estuvieron 56 días en la incubadora. (Foto cortesía/CCSS).
Apoyo
La Fundación NeNe señala que el 40% de las mujeres que tienen partos prematuros tienen problemas emocionales relacionados con la ruptura del vínculo, la separación física del bebé y expectativas incumplidas de la maternidad.
«El apoyo emocional y social del que se dispone tiene una gran influencia en la recuperación», explica la psicóloga Raquel Calvo.
Por otro lado, entidades como Fundaprema han fortalecido el apoyo a las familias de bebés prematuros en el país.
La fundación trabaja en alianza con Huggies, marca de Kimberly-Clark, para brindar apoyo, educación y suministros básicos a unidades neonatales y cuidadores.
“Estas iniciativas tienen como objetivo facilitar la atención durante las primeras semanas de sus vidas y brindar herramientas prácticas a los padres mientras sus hijos permanecen en el hospital. En los últimos tres años hemos entregado alrededor de 30 mil pañales que brindan la higiene y comodidad que estos pequeños luchadores necesitan en esta etapa crítica de sus vidas”, dice Anthony Arguedas, gerente de Kimberly-Clark Costa Rica.
Prevención
Por otro lado, la CCSS insistió en que la prevención del parto prematuro comienza con la atención prenatal.
La vigilancia médica puede identificar infecciones, presión arterial alta y otros factores que aumentan el riesgo durante el embarazo.
También recomiendan mantener controles periódicos, evitar la automedicación, acudir a las citas programadas y consultar de inmediato cuando haya sangrado, contracciones precoces, dolor abdominal persistente o reducción de los movimientos fetales.
La institución destacó que un adecuado seguimiento durante el embarazo, acompañado de una atención oportuna al nacer, aumenta significativamente las posibilidades de un desarrollo saludable de los bebés prematuros.
(Archivo de fotografía/observador).

