En los últimos días, el ambiente en el campus de la Universidad de Costa Rica, ubicado en San Pedro de Montes de Oca, se ha vuelto tenso tras cuatro días de protestas estudiantiles. La situación llegó a tal nivel que la universidad finalmente decidió emitir un comunicado oficial el pasado lunes, abordando las preocupaciones sobre la ocupación de edificios y las solicitudes de inhibición contra el Rector, Carlos Araya Leandro, quien enfrenta serias acusaciones en su contra.
En su declaración, Araya defendió su postura, afirmando: «No hay señales formales en mi contra para los hechos irregulares que se mencionan. Aunque algunas personas han presentado quejas sobre decisiones pasadas, estas han sido aclaradas en diversas ocasiones». Con esta respuesta, Araya busca desestimar las preocupaciones manifestadas por parte de la comunidad universitaria y reafirmar su compromiso con la transparencia en su gestión.
El Rector también fue claro en su compromiso hacia el proceso adecuado, enfatizando que «actúo con transparencia y respeto ilimitado por el proceso». Una de las acusaciones más relevantes que enfrenta se centra en un controvertido aumento salarial a ciertos empleados de confianza, donde los opositores han señalado que la resolución con respecto a este aumento fue declarada nula tras una intensa controversia entre los interesados.
Además, el comunicado señala que «Araya ha jurado ejercer la rectoría durante un plazo de cuatro años», sugiriendo que tiene la intención de continuar liderando la universidad a pesar de los retos presentes.
Falla de la semana que te mudas al UCR
Las controversias en la UCR han intensificado las tensiones en los últimos días, especialmente por el fracaso en la organización de la Semana Universitaria. Este evento clave se vio empañado debido a problemas en la obtención de los permisos necesarios, lo que resultó en la cancelación de conciertos programados, generando un creciente descontento entre los estudiantes.
El pasado viernes se llevó a cabo una reunión crítica que culminó en la exigencia de renuncias del Consejo de Directores de la Federación de Estudiantes de la UCR (FEUCR). La presión sobre los líderes fue considerable, resultando en la salida de varios de ellos, incluida la presidenta Artemisa Villalta.
Desde entonces, los estudiantes han tomado control del edificio Feuccr, aumentando la tensión en la Federación junto al Rector. Esto ha llevado a un clima de confrontación y protesta que se siente en todo el campus.
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A pesar de la situación, la UCR ha manifestado que el movimiento estudiantil tiene autonomía, pero también han hecho énfasis en que se debe respetar el marco normativo que rige su actuación. En su comunicado, sostienen: «Las regulaciones, tanto universitarias como nacionales, han determinado los procesos dignos para resolver las diferencias y llevar a cabo investigaciones sobre posibles irregularidades, todo enmarcado dentro del proceso adecuado, al que todos deberían atenerse».
La UCR también advirtió que «las estructuras y procedimientos democráticos están siendo atacados a nivel global, y esto representa una amenaza que podría erosionar las bases de nuestra sociedad». Reforzaron que la Universidad de Costa Rica, como institución educativa y cultural, debe estar atenta a estas tendencias antidemocráticas, especialmente en momentos críticos que enfrenta la sociedad costarricense.
Finalmente, la universidad concluye que «las formas de control que no se fundamentan en una actitud democrática no tienen cabida en una institución de educación superior» y que se están organizando visitas a sus edificios y sedes locales para evaluar y gestionar la situación de una manera adecuada y efectiva.