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Trump no descarta el uso de la fuerza militar para adquirir Groenlandia.

COPENHAGEN, 31 de marzo (Elmundo.CR) – El ministro de Relaciones Exteriores de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, ha expresado su profunda preocupación y descontento con respecto al «tono» adoptado por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en relación a Groenlandia. Esta crítica surgió después de que Trump hiciera comentarios que no descartaban la posibilidad de utilizar la fuerza militar para obtener el territorio conocido por ser el hogar de una rica cultura inuit y vastos recursos naturales.

Rasmussen, en un video que fue difundido a través de diversas plataformas de redes sociales, fue claro al afirmar que Dinamarca y su gobierno no consideran apropiado el tono de estas expresiones. En sus palabras, enfatizó que «no apreciamos el tono en el que se ofrece. Por lo tanto, no se debe hablar de esa manera con sus aliados en la región». Esta declaración es un fuerte indicativo de cómo el Gobierno danés percibe la retórica del presidente estadounidense, buscando reafirmar la relación amistosa y de cooperación histórica entre ambos países.

La controversia ha cobrado vida tras la reciente visita a Groenlandia del vicepresidente estadounidense JD Vance, quien aprovechó la ocasión para criticar abiertamente la inversión que Dinamarca ha realizado en materia de seguridad para la isla. Durante su discurso, Vance cambió el enfoque de la conversación hacia un tono acusatorio, señalando que «Nuestro mensaje a Dinamarca es muy simple: no han hecho un buen trabajo con la gente de Groenlandia». Además, hizo alusión a que el pueblo groenlandés ha sido «subestimado» en lo que respecta a la arquitectura de seguridad en su territorio.

En una entrevista concedida a NBC News, Trump reiteró su interés en Groenlandia, dañando así las relaciones diplomáticas. Mencionó que «nunca excluyo el uso de la fuerza militar», aunque también manifestó que había considerado que existía una buena oportunidad de alcanzar acuerdos pacíficamente. La retórica del presidente, al decir que «es la paz mundial, es seguridad internacional», fue recibida con escepticismo en el contexto de las relaciones internacionales contemporáneas.

Por su parte, Rasmussen defendió la inversión realizada por Dinamarca en la región ártica. Recordó el acuerdo de defensa de 1951 entre Dinamarca y Estados Unidos, destacando el reciente anuncio de una inversión significativa de $2.1 mil millones destinados a nuevos barcos, drones y satélites, elementos necesarios para fortalecer la seguridad en la región. «El Acuerdo de 1951 brinda amplias oportunidades para que Estados Unidos tenga una presencia militar mucho más fuerte en Groenlandia», aseguró Rasmussen, añadiendo que sería prudente discutir si eso es lo que realmente desean las autoridades estadounidenses.

Mientras tanto, cientos de manifestantes han salido a las calles en Copenhague, protestando frente a la embajada de los Estados Unidos y expresando su contundente rechazo a la postura de Trump. Esta oposición no se limita a Dinamarca; en Groenlandia, también se ha manifestado un profundo desacuerdo, siendo testigos de la formación de un nuevo gobierno de coalición que busca resistir y contrarrestar las propuestas que presenta el presidente estadounidense.