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Trump insta a ejercer control sobre Groenlandia por razones de ‘seguridad nacional’.

WASHINGTON, 27 de marzo (Elmundo.CR) – El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a manifestar su interés en que el país logre tomar el control de Groenlandia, justificando su postura con argumentos relacionados con la «seguridad nacional». Esta declaración genera un gran revuelo, especialmente en un contexto global donde las tensiones geopolíticas son cada vez más evidentes.

Estas afirmaciones se producen justo días antes de la visita programada del vicepresidente JD Vance a la isla, cuyo objetivo es profundizar en la discusión sobre la seguridad y la relevancia geopolítica de Groenlandia, además de supervisar las estrategias que están siendo planteadas. Aparentemente, esta visita se ha transformado en algo más que un simple gesto diplomático; parece que se está utilizando para reforzar la narrativa de que Groenlandia es un territorio esencial para los intereses estadounidenses.

En una reciente aparición en el podcast El espectáculo de Vince, Trump subrayó la importancia estratégica de Groenlandia. «Es una isla que necesita ser defendida desde una posición tanto defensiva como ofensiva. En el mundo tal como es hoy, debemos tenerla bajo control», afirmó el presidente. No obstante, también reconoció que la población groenlandesa puede no estar interesada en convertirse en parte de Estados Unidos, pero insistió en que «hay que convencerlos» de los beneficios que eso traería.

Trump ve a Groenlandia como una pieza clave en el tablero geopolítico del Ártico, donde las potencias como Rusia y China están mostrando un creciente interés en la región. «Si observas los barcos que rodean la isla, puedes ver a Rusia, a China y a muchos otros actores globales. No es posible proteger una parte tan extensa de nuestro país, y del mundo, sin contar con Groenlandia», puntualizó el mandatario, exponiendo su perspectiva sobre las amenazas globales que enfrenta Estados Unidos.

La visita de Vance a Groenlandia, que inicialmente era concebida como un gesto de amistad hacia el pueblo groenlandés, ha tomado un giro hacia una misión mayor: comunicar la necesidad de asegurar la región para la defensa nacional de Estados Unidos. Vance enfatizó que «muchos países han amenazado a Groenlandia, proponiendo utilizar sus áreas y vías fluviales para poner en peligro a Estados Unidos, Canadá y, por supuesto, a la gente de Groenlandia. Será vital para nosotros verificar cómo se están desarrollando las cosas en la región».

Tanto Groenlandia como Dinamarca han respondido a las declaraciones de Trump de manera contundente. Múte Bourup One, primer ministro groenlandés, insistió en que el futuro de Groenlandia está en manos de sus habitantes y demandó a la comunidad internacional que se oponga abiertamente a las tácticas de intimidación. “Si la comunidad internacional no condena claramente cómo Estados Unidos está tratando a Groenlandia, la situación se volverá cada vez más tensa y la agresión estadounidense aumentará”, advierte Bourup One con preocupación.

Por otro lado, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, calificó la visita de Vance como una «presión inaceptable» y criticó la actitud agresiva del gobierno de Estados Unidos en este contexto. Esto deja en claro que las tensiones no solo se dan en el plano militar o de seguridad, sino que también impactan en las relaciones diplomáticas entre los países involucrados.