Ciencia y tecnología

Si la cuestión es cómo cargar miles de autos eléctricos en las calles, Portugal tiene una posible solución: las farolas.

A finales de febrero de 2025, los últimos datos de ACEA informaron que en España se vendieron 162,643 automóviles, lo que representa un aumento del 8% en comparación con el año anterior. Sin embargo, la situación en Portugal fue diferente, ya que las ventas de automóviles cayeron un 3%, alcanzando un total de 33,967 unidades en los primeros dos meses del año.

Si bien estos datos son interesantes, lo que realmente atrajo nuestra atención fue el desempeño de los automóviles eléctricos en ambos países. Entre enero y febrero, España había registrado un total de 11,124 vehículos eléctricos, mientras que en Portugal se añadieron 7,211. A pesar de que España vendió casi cinco veces más automóviles que el país vecino durante estos meses, las cifras de ventas de vehículos eléctricos no son tan dispares como se podría pensar.

Para entender más a fondo la situación, es esencial examinar la cuota de mercado de los vehículos eléctricos. En febrero, un 6.8% de todas las ventas en España correspondieron a automóviles eléctricos, mientras que en Portugal, esta cifra fue significativamente más alta, alcanzando un 21.2%.

En este contexto, Portugal ha emergido como un referente en el mercado de automóviles eléctricos en Europa. A pesar de que Dinamarca y Finlandia tienen cifras de adopción de vehículos eléctricos más altas, Portugal ocupa un lugar privilegiado gracias a su amplia selección de modelos eléctricos disponibles y su creciente interés por la sostenibilidad. De hecho, Bélgica (33.1%) y los Países Bajos (35.2%) son los únicos que superan a Portugal en cuanto a cuota de mercado de automóviles eléctricos en la Unión Europea.

Progresivamente, Portugal está abordando los retos que se presentan en este sector. El Reino Unido, que enfrenta desafíos similares en cuanto a la adopción de automóviles eléctricos, se ha convertido en un espejo para Portugal. Ambos países han comenzado a implementar soluciones que previamente han demostrado ser efectivas en los Países Bajos.

Una solución interesante planteada es el uso de las farolas como puntos de carga para vehículos eléctricos.

Una solución alternativa

Tener un garaje es una ventaja si eres un conductor frecuente, ya que un automóvil eléctrico se convierte en la opción más rentable. Esta afirmación no es subjetiva, sino que se puede comprobar fácilmente con cifras. Comparando el costo de operar un vehículo eléctrico con el de uno convencional de gasolina, resulta evidente que el primero presenta numerosas ventajas económicas.

Al calcular los posibles costos, un vehículo eléctrico consume entre 16 y 18 kWh/100 km, en un escenario urbano. Si tenemos en cuenta un precio de 10 centavos por kWh, el costo para recorrer 100 kilómetros se sitúa entre 1.60 y 1.80 euros. Estos números no son exagerados, y existen automóviles que podrían ofrecer mejores rendimientos y tarifas aún más competitivas.

Hasta el 3 de abril de 2025, el costo promedio de la gasolina 95 en España es de 1.528 euros/litro, lo que implica que, suponiendo un buen consumo de 5 L/100 km, se gastarían más de 7.50 euros para realizar el mismo trayecto. Si el vehículo tuviera un consumo mayor, como 6 o 7 l/100 km, los costos realmente podrían superar los 10 euros.

Sin embargo, todos estos cálculos son relevantes únicamente para aquellos que tienen garaje. Un gran desafío para la adopción masiva de vehículos eléctricos es la infraestructura de carga disponible para quienes no cuentan con un espacio privado para estacionar y cargar su automóvil. En caso de no tener garaje, la opción sería cargar en estaciones de servicio, lo que resulta poco práctico en comparación con llenar un tanque de gasolina.

Portugal y el Reino Unido han empezado a implementar una idea innovadora: utilizar farolas como puntos de carga.

Ambos países iniciaron la instalación de estaciones de carga en estos postes de luz, que no solo iluminan las calles, sino que también permiten cargar las baterías de los vehículos eléctricos. Ofrecen potencias reducidas, pero para un automovilista estacionado en la calle, esto puede resultar en una carga suficiente durante la noche.

Esta solución es especialmente atractiva para un país como España, que tiene una alta densidad de farolas a lo largo de sus carreteras. En 2022, se reveló que España es el país de Europa que más derrocha luz nocturna. El país cuenta con innumerables puntos de luz que, en muchas ocasiones, iluminan calles vacías, lo que pone de manifiesto una gran ineficiencia. En 2017, se reportó que España es uno de los países «más brillantes» del mundo, lo que no es un título del que estar orgulloso.

Sin embargo, la implementación de esta solución de carga en las farolas aún no ha tenido un gran impacto en España. En El País mencionan que en Valencia se hicieron pruebas en 2021, pero la iniciativa no fue exitosa. De hecho, se instalaron 22 puntos de carga en Barains, pero tuvieron que ser eliminados por problemas legales.

A pesar de que estos puntos de carga se equiparon con enchufes para conectar los automóviles, la legislación actual impedía su uso efectivo. Además, la reventa de energía es un reto complicante, ya que se requiere un segundo contador para poder vender la electricidad, lo que puede ser complicado de implementar. En comparación, Portugal ha avanzado en este sentido, llevando a cabo un proyecto piloto con GalP que ha permitido la instalación de más de 20,000 puntos de carga lenta en sus calles.

Esta iniciativa es una alternativa atractiva a las estaciones de carga rápidas, típicas en carreteras, ya que un vehículo con una batería de 60 kWh puede recargarse completamente durante la noche, proporcionando una autonomía suficiente para unos 400 kilómetros de viaje. Esto hace que la opción sea competitiva en precio comparado con la gasolina.

No obstante, a pesar de los beneficios, también han surgido quejas. Según Híbridos y Electricidad, han habido críticas en Gran Bretaña sobre el mantenimiento de estos puntos de carga, dado que algunos de ellos no tienen una instalación adecuada y no funcionan efectivamente bajo ciertas condiciones climáticas.

Foto | Ubiaticidad

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