
La Península Ibérica está invadida, no por una guerra entre humanos, sino por 1.200 especies exóticas que se han asentado en nuestra tierra. Un fenómeno que supone una gran amenaza para la fauna y la flora autóctonas y que ahora requiere de la cooperación internacional para proteger los ecosistemas y, en particular, los animales y plantas autóctonos de nuestra península.
El estudio. Según un estudio Según se publica en Diversity and Distributions, el número de especies exóticas autóctonas de la península supera ya las 1.200, entre plantas, insectos, moluscos, crustáceos y vertebrados que fueron introducidos de forma intencionada o accidental.
Los protagonistas en este caso son España, Portugal y Andorra, que son los primeros afectados por esta invasión silenciosa. El equipo, liderado y codirigido por Ismael Soto, ha documentado 1.273 especies que actualmente se sustentan a través de la alimentación y la reproducción.
Los datos. En los resultados de la investigación se planteó que, en primer lugar, se encontró que las especies que nos invaden provienen principalmente de la región región paleártica (Europa, Asia templada y norte de África), seguida de la especie americana. Pero no todos son animales, como podría pensarse, sino que el 75% de los invasores son plantas vasculares e insectos.
Aunque la gran pregunta aquí es: ¿Cómo llegaron hasta aquí? La respuesta está en los jardines y viveros que, junto con los mecanismos asociados al transporte internacional, participan en el comercio de plantas ornamentales no autóctonas de la península.
Dónde. Esto no es similar en toda la geografía peninsular. Las especies exóticas se encuentran principalmente en zonas costeras y grandes ciudades, por lo que vemos un gran número de ellas en Andalucía, Cataluña o la Comunidad Valenciana. Esto también está relacionado con la cantidad de puertos presentes, ya que representan una excelente puerta de entrada para el comercio internacional de estas especies invasoras.
¿Qué daño causan? Cuando las especies llegan a la península tienen un impacto perjudicial en nuestro ecosistema, por lo que causan tanta preocupación en quienes las rodean. Los efectos que encontramos incluyen:
- Alteración del ecosistema que puede conducir a la extinción local de especies nativas.
- Transmisión de enfermedades a hábitats naturales, cambiando su estructura.
- Cambiando las redes tróficas y desplazando especies nativas debido a la competencia directa. Por ejemplo, podemos encontrarnos con una especie depredadora que destruye a una especie nativa porque es su presa ideal.
Ejemplos. Hay algunas especies que sin duda son perfectos ejemplos de ello. Uno de ellos es este. cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), que fue introducido en nuestro hábitat en 1973 y actualmente es responsable de grandes daños ecológicos, ya que ha provocado la desaparición de especies acuáticas autóctonas, lo que también trae problemas socioeconómicos.
Otro caso es este siluro (Siluro glanis), cuya voracidad y distribución como trofeo de pesca lo han convertido en el depredador dominante en varios ríos y embalses, amenazando la supervivencia de otras especies acuáticas.
Las hormigas. Aunque parezcan seguir su propio camino, la realidad es que a las hormigas exóticas les gusta Argentina (Linepithema humilde) Se ha extendido por ciudades y costas, provocando importantes impactos en los ecosistemas y elevados costes de control.
pisos. La mayoría de las especies invasoras que tenemos en este caso no son animales sino plantas. Un ejemplo clásico es el helecho. Azolla filiculoides qué es Es capaz de consumir todo el oxígeno del agua. y asfixiar la vida acuática nativa que utiliza este oxígeno. Otro ejemplo es el jacinto de agua. Es una de las 100 especies más invasoras. conocido en el mundo por su impacto en lagunas y ecosistemas acuáticos.
¿Qué se puede hacer? La prevención y el control de especies exóticas requiere de un monitoreo continuo, restauración de hábitats degradados y medidas efectivas basadas en la ciencia y la participación ciudadana. Sectores como la acuicultura, la pesca recreativa, el comercio de mascotas y la horticultura son puntos críticos donde las medidas preventivas pueden marcar la diferencia.
Los autores enfatizan la urgencia de fortalecer la colaboración internacional y adoptar estrategias comunes entre la comunidad científica, los gestores ambientales y la sociedad civil. Sólo así será posible hacer frente a una de las mayores amenazas a la biodiversidad ibérica, proteger las especies endémicas y mantener el equilibrio ecológico en este punto crítico de la biodiversidad europea.
Imágenes | josue ralph Iván Bandura
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