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Satisfaciendo la demanda de deliciosa tilapia en Costa d’i

En Costa de Marfil, el consumo de pescado alcanza aproximadamente 500,000 toneladas al año. Esta cifra refleja claramente la predilección de la población por el pescado, que se considera la fuente más esencial de proteína animal en el país. Según un informe del Ministerio de Ayuda Dier sobre las estadísticas de pesca, en 2023, cada habitante de Costa de Marfil consumió alrededor de 23.5 kg de pescado, una cifra que se compara notablemente con los 12 kg de carne que cada persona ingirió en el mismo período.

Sin embargo, la situación actual indica que el país no puede satisfacer su demanda interna de pescado. Durante el año 2023, Costa de Marfil logró producir solamente 92,000 toneladas de pescado, mientras que su consumo se elevó a alrededor de 534,000 toneladas, lo que forzó al país a importar la diferencia inexistente.

Para hacer frente a este déficit y reducir la dependencia de las importaciones, el gobierno ha identificado la acuicultura como una prioridad nacional. Tiene como meta aumentar la producción de pescado desde las actuales 8,467 toneladas en 2023, hasta unas ambiciosas 500,000 toneladas al año para el 2030.

En este contexto, se destaca la historia de Diakité Salimata, una acuarista de 59 años apasionada por la acuicultura. Aunque esta actividad ha sido tradicionalmente dominada por hombres, Salimata ha logrado abrirse camino y desafiar los estereotipos de género en el sector.

Salimata mencionó: «Dicen que la acuicultura es una actividad masculina, pero cuanto más insisten en que algo es solo para hombres, más ganas tengo de participar». Su hija de 31 años también ha decidido unirse a su madre en esta noble actividad. Juntas, crían tilapia en cuatro estanques situados en tierras que Salimata heredó de su padre, en la región indené de Djablalin. Además de la cría de tilapia, su granja también produce cacao, palmeras, y cría de pollos, ovejas y vacas.

A pesar de que la acuicultura puede ofrecer ganancias económicas, Salimata enfatiza que es esencial tener pasión por esta actividad. «Puedes alimentarte y alimentar a tu familia con ello, pero si no te gusta, nunca entenderás cómo hacer que funcione», explica con convicción.

La acuicultura exige conocimientos y habilidades, como calcular la alimentación adecuada para los peces y manejar la calidad del agua. «Es fundamental controlar los niveles de agua, saber cuándo reducir las tuberías y comprobar el grosor del agua», apunta Salimata, quien ha perfeccionado sus destrezas a través de talleres ofrecidos en el marco de una iniciativa conocida como Fish4acp.

La granja de Salimata fue seleccionada mediante una competencia como una de las diez experiencias piloto del Proyecto FISH4ACP. Esta iniciativa es ejecutada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en colaboración con la Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico, respaldado por la Unión Europea y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.

El objetivo de FISH4ACP es hacer que el sector de la acuicultura sea más productivo y sostenible. Para ello, colabora con los gobiernos para incrementar la producción nacional, ofreciendo apoyo técnico y capacitación. Las granjas piloto funcionan como modelos para que otros agricultores sigan.

Salimata destaca: «He aprendido sobre la densidad de la población de los peces, cómo controlar la temperatura del agua y su pH. También es crucial establecer el mercado de destino antes de la cosecha». Esto es especialmente importante, ya que se debe planificar la alimentación de los peces y el tipo de alimento a proporcionar.

FISH4ACP también asignó técnicos a la explotación de Salimata para optimizar la limpieza de sus estanques, elevar la altura de los bordes y plantar pasto que evitará que se produzcan grietas en el terreno durante la temporada de lluvias.

En su granja, Salimata logra producir hasta cuatro toneladas de tilapia al año, que vende a un distribuidor local, quien a su vez las oferta en los mercados de las ciudades. Su explotación se ha convertido en un verdadero negocio familiar, en el cual ella coordina las principales actividades, su esposo se encarga de la contabilidad, y su hija asume más y más responsabilidades a medida que su madre envejece.

Salimata está convencida de que la cría de tilapia es el futuro de su familia. «Para nosotros, es una actividad a largo plazo», afirma. «Mi hija continuará con ello, y cuando tenga su propia familia, también lo hará», añadió.

Junto con otros proyectos piloto, la granja de Salimata se beneficia del apoyo de FISH4ACP como un modelo que otros acuicultores pueden reproducir, contribuyendo así a alcanzar el objetivo gubernamental de satisfacer la demanda interna, asegurar la seguridad alimentaria de la población creciente y reducir las importaciones costosas.

Finalmente, Foungeigué Djire, responsable del proyecto Fish4acp de la FAO en Côte d’Ivoire, comentó: «La idea de FISH4ACP es promover una nueva generación de acuicultores, como Salimata y otros. Ellos tienen una visión y son conscientes de las necesidades del país».

Salimata concluyó con orgullo: «Cuando pienso en mi trabajo, me siento satisfecha. Me permite mantener a mi familia».

La historia y las fotos relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/newsroom/Historia/reunión de recursosAzules sabrosos en C%C3%b4te-Divoire/es