La llegada de la temporada de lluvia en Costa Rica está a la vuelta de la esquina, y esta transformación climática podría influir significativamente en el comportamiento del volcán Poás.
Desde el 23 de marzo, El Coloso ha mostrado una intensa actividad, caracterizada por constantes emisiones de dióxido de azufre (AS), explosiones y varios cambios morfológicos en su cráter.
De acuerdo con el vulcanólogo Geoffroy Avard del Observatorio Volcanológico y Sismológico (OVSICORI), la interacción entre las lluvias y los gases calientes del volcán podría tener efectos importantes.
«Cuando las precipitaciones son significativas, estas pueden interactuar con los gases calientes del volcán, ocasionando su evaporación y, en consecuencia, provocando explosiones. Aunque no se puede determinar con exactitud la magnitud de estos eventos, hay indicios que sugieren que la lluvia reciente podría estar relacionada con la explosión de 4 kilómetros que ocurrió el lunes», comentó Avard.
La demostración de una relación directa entre lluvia y explosiones presenta diversas complicaciones; sin embargo, el especialista aseguró que es una posiblidad real y que debe continuarse con la supervisión exhaustiva en las próximas semanas.
Nota más: Video | El drenaje del río, que nace cerca del cráter del volcán Poás, se presenta gris por las cenizas: estos son los riesgos.
Cambios en el cráter Poás
Aparte de la actividad eruptiva, el volcán Poás ha sufrido cambios morfológicos significativos como resultado del constante desalojo de material procedente del mismo cráter.
Según Avard, las erupciones han excavado un novo agujero en el cráter principal, que ahora forma una especie de cráter secundario. Este proceso ha llevado a que el material expulsado se acumule, creando áreas de algunos metros de altura a su alrededor.
«Estamos observando ambos fenómenos: un orificio en un lado y acumulación de material en el otro. Aunque son cambios locales, son de gran relevancia», explicó.
En relación a la posibilidad de que se recupere un lago debido a la lluvia, Avard sugirió que ello es poco probable dado el actual nivel de actividad. Sin embargo, enfatizó que si el volcán llegara a reducir su actividad, la lluvia podría facilitar la formación de un nuevo lago, aunque este tendría una morfología diferente a la preexistente.
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Riesgo de cabezas de agua
La Comisión Nacional de Emergencia (CNE) ha elevado la alerta a naranja para los cantones de Grecia y Sarchí, considerando los riesgos que presentan la actividad volcánica y el inicio de la temporada de lluvias.
Lidier Esquivel, jefe de la Unidad de Investigación y Análisis de Riesgos de la CNE, comentó que varios ríos nacen al oeste del cráter y tienen un alto potencial de riesgo.
«La posibilidad de que se formen Lahares, o cabezas de agua, es alta. Estos eventos pueden ser extremadamente destructivos, por lo que se aconseja evitar cualquier actividad cercana a los canales», advirtió Esquivel.
El resto de las áreas en Grecia y Sarchí también frecuentemente enfrentan problemas debido a cenizas y lluvia ácida, lo que refleja el incremento en la actividad volcánica.
Adicionalmente, se mantiene una advertencia amarilla en los cantones de Poás, Alajuela, Naranjo, Sarchí y Río Cuarto, como resultado de los reportes ocasionales de gases y cenizas en el aire, dependiendo de la dirección del viento.
¿Cuándo llega la lluvia?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Meteorología (IMN), el país está entrando en la fase de transición hacia la temporada de lluvias.
La región del Pacífico Central ya ha comenzado a experimentar la llegada de la lluvia, la cual se consolidará entre el 25 de abril y el 3 de mayo.
Las demás áreas del país mantendrán fechas que se alinean con los promedios climatológicos esperados.
Las proyecciones del IMN sugieren que se prevé una temporada de lluvias con características normales, incluyendo posibles acumulaciones de hasta un 10% más en áreas como el Pacífico, el valle central y la zona noroeste.
«En virtud de la disminución de la temperatura en el Caribe y el estado neutral del Pacífico, se prevé una estación razonable dentro de lo normal», comentó la meteoróloga Karina Hernández.
A pesar de toda esta información, las autoridades recalcan la necesidad de estar atentos en las semanas venideras, ya que la combinación de lluvias con actividad volcánica podría aumentar el riesgo de deslizamientos y también de inundaciones repentinas en ríos afectados por cenizas, así como la potencialidad de lluvias ácidas que podrían ser perjudiciales.