Costa Rica tiene propiedades beneficiosas y otras no tanto en materia de movilidad eléctrica. Esta es la conclusión de un informe elaborado por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) difundido en septiembre pasado.
El país es reconocido por tener la mayor penetración de unidades eléctricas. A esto se le suma una matriz eléctrica casi en su totalidad renovable, reduciendo en un gran porcentaje las emisiones contaminantes.
Sin embargo, hay otros hallazgos del informe que presentan al país desafíos relacionados con cuestiones de electrificación.
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Las ventajas que tiene Costa Rica
Las exenciones en el pago de algunos impuestos se mencionan en el informe como una ventaja. Esta es una de las razones por las que Costa Rica es uno de los países con más unidades de vehículos eléctricos según el informe.
A esto se une la competitividad del mercado y la ampliación de las infraestructuras de recarga, aunque resulta insuficiente como se comentará más adelante.
Otra ventaja de Costa Rica en el ámbito de la movilidad eléctrica es que el mercado ofrece productos flexibles de alquiler o leasing. Esto puede incentivar la compra de estas unidades.
El informe también señala un factor clave para el país. Dado que la producción de energía eléctrica es casi en su totalidad renovable, cuando se utiliza para cargar vehículos las emisiones indirectas son mínimas. Otros países producen esta electricidad con combustible y otras fuentes contaminantes, reduciendo el beneficio para el medio ambiente.
El informe también menciona iniciativas que se desarrollan en Costa Rica en torno a la segunda vida de las baterías de litio, una preocupación ambiental que parece aún no resuelta.
“Casos como el de Costa Rica muestran que la transición energética no sólo se basa en la extracción, sino también en cómo se desarrollan modelos inclusivos, circulares y sustentables que permitan generar trabajo y valor a nivel nacional y regional”, señala el documento pertinente.
Uno de los desafíos que tiene Costa Rica es la disponibilidad de cargadores para vehículos eléctricos. (Foto Archivo/)
Una serie de retos a afrontar
Uno de los principales desafíos que tiene Costa Rica es que, si bien tiene una de las flotas eléctricas más grandes, el número de cargadores es uno de los más bajos de América Latina.
Hay 60 estaciones de carga públicas en Costa Rica, señala informe Libro Blanco sobre Movilidad Sostenible en América Latina y el Caribe. De los 19 países evaluados, Costa Rica ocupa el puesto 14.
Sin embargo, la situación empeora al comparar el número de cargadores por cada 100 vehículos eléctricos. En este caso, la relación en Costa Rica es de 0,3 cargadores por cada 100 vehículos. Esto le sitúa en el puesto 19 de la lista, es decir, en el último.
El informe también destaca que Costa Rica se ha quedado rezagada en la electrificación de autobuses, situación que comparte con países como Belice y Paraguay.
En toda América Latina solo se reportan 6.700 unidades de autobuses eléctricos en 2024. Esto significó un aumento del 32% respecto al cierre de 2023, pero el beneficio no se reflejó por igual en todos los países.
La Olade también señala que Costa Rica no cuenta con regulaciones específicas sobre eficiencia energética vehicular, operación técnica de los vehículos ni etiquetado obligatorio.
Finalmente, como se ha comentado anteriormente, la existencia de exenciones fiscales ha provocado un aumento en la contratación de estos coches. Sin embargo, a medida que estos beneficios comiencen a reducirse este año, el informe también cree que las importaciones pueden desacelerarse.