Ciencia y tecnología

Millones de personas dependen del agua que se origina en la nieve del K2. Recientemente hemos encontrado contaminantes en esta fuente.

El K2, reconocido mundialmente como el segundo pico más alto del planeta después del Everest, es también uno de los lugares más temidos y difíciles de escalar. Su imponente presencia, ubicada en la cadena montañosa del Karakórum, que se extiende entre Pakistán e India, lo convierte en un verdadero desafío para los alpinistas. A pesar de su localización remota y de estar envuelto en majestuosos paisajes de nieve, el K2 no está exento de los efectos de la contaminación ambiental que invaden hasta los lugares más inhóspitos.

Con la contaminación llega el peligro del deshielo.

Carbono negro. Recientemente, un equipo internacional de investigadores ha descubre rastros de carbono negro en los glaciares Godwin-Austen y en la superficie del K2. Esta investigación, detallada en un artículo donde se explica el estudio, señala que este contaminante constituye un grave riesgo para los glaciares. El K2 no solo es un destino emblemático para los escaladores, sino que también se encuentra en una región que alimenta un río crucial, proveyendo agua a más de mil millones de personas alrededor del mundo.

El carbono negro es resultado de la combustión incompleta de diferentes compuestos, manifestándose en forma de pequeñas partículas. Estas partículas son parte de lo que se conoce como materia oscura y pueden tener un impacto profundo tanto en nuestra salud como en el medio ambiente en general.

El equipo de investigación indica que el carbono negro, al depositarse en la nieve o el hielo, puede acelerar su fusión. Esta aceleración provoca una reducción en la masa de los glaciares y una disminución en el tiempo que la nieve permanece en su superficie, lo que genera una serie de efectos negativos en el ecosistema local.

Toma de muestras. Durante su investigación, el equipo recolectó muestras de nieve superficial entre 2018 y 2019 en los campos 1 y 2 del K2. La recolección de muestras se realizó meticulosamente a lo largo de dos rutas bien equipadas en el glaciar, lo que permitió obtener datos valiosos sobre la calidad del hielo.

El equipo llevó a cabo un análisis isotópico en las muestras de nieve con el fin de estimar el tiempo de acumulación de la misma. Según Nicolás González-Santacruz, coautor del estudio, «Es fundamental conocer el momento de formación de la capa de nieve para interpretar de manera precisa los datos obtenidos sobre el carbono negro».

Los hallazgos de esta investigación fueron publicados en un artículo en la revista Revista de Glaciología, donde se destacan los detalles y análisis realizados.

Una nieve estacional. El análisis del equipo reveló que la nieve en el glaciar tiene un carácter estacional. Es decir, se acumula entre octubre y el final del invierno, y luego desaparece casi por completo durante la primavera y el verano. Este patrón estacional permite entender mejor en qué momentos fueron depositadas las diferentes concentraciones de carbono negro.

Buscando la fuente de contaminación. El equipo también estudió las muestras de carbono negro con el fin de rastrear su origen. Se halló que el carbono acumulado en la nieve provenía principalmente del norte del río Indo durante el otoño de 2018, mientras que las concentraciones de otros periodos (invierno de 2018 y 2019) fueron influenciadas por regiones como el Medio Oriente, Asia Central y Europa del Este, según González-Santacruz.

La suma de varios problemas. Es común asociar el deshielo de los glaciares y otros ecosistemas helados del mundo con el cambio climático, relacionado con altos niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Sin embargo, el deshielo no es un fenómeno aislado; el calentamiento global no es el único responsable de la reducción de estos glaciares.

Comprender la variedad de factores interrelacionados en el contexto del cambio climático es crucial para evaluar los efectos potenciales en nuestra sociedad y los ecosistemas que dependen de estos glaciares.

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Imagen | Zacharia grande bajo licencia CC BY-SA 4.0