Ciencia y tecnología

Las lluvias han transformado a España en un lugar deslumbrante, y un destino turístico se ve favorecido: los embalses.

En momentos en que el mundo enfrenta inestabilidad y turbulencias, la naturaleza parece brindarnos una forma de compensación. Esta reflexión, realizada por José Luis Gallego, capta de manera acertada la situación que atraviesa el paisaje español. En los últimos tiempos, España ha disfrutado de la presencia de pantanos completamente llenos y una abundante gestión de aguas subterráneas que caracteriza “su primavera más espléndida en décadas”.

Curiosamente, este fenómeno tiene un beneficiario inesperado: el turismo.

La historia de numerosas sequías en el país. Gallego explica en El Confidencial que se pueden clasificar tres tipos de sequía, según su naturaleza: la sequía meteorológica, relacionada con la escasez de precipitaciones; la sequía hidrológica, que evalúa el agua disponible en el sistema; y la sequía agrícola, que conecta los anteriores con el impacto en el sector permantente.

La buena noticia es que en la actualidad experimentamos un balance positivo en los tres aspectos, y la población es consciente de esta realidad. Ya no se trata solamente de que los campos de Extremadura, Castilla o Andalucía sean una vista asombrosa; la verdad es que incluso las áreas más deterioradas y menos atractivas de las ciudades españolas están luciendo espléndidamente. Los humedales, que antes estaban colmados de aves y exuberante vegetación, se han convertido en un escenario que impacta durante esta “primavera”. Muestra más al respecto. Aún en esos lugares considerados inhóspitos, los habitantes descubren sorpresas inesperadas que enamoran a los turistas.

El Mar de Castilla. Un ejemplo notable se localiza en la frontera entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, conocido popularmente como el Mar de Castilla. Este sitio cuenta con un atractivo conjunto de cinco embalses (Almoguera, Bolarque, Entrepeñas, Estramera y Zorita), sumando un total de 2.515 hectómetros cúbicos de agua. Esta zona, en su día, disfrutó de una prominente afluencia turística, aunque sus tiempos de esplendor han disminuido considerablemente.

En los años 60, la región se había desarrollado en gran parte debido a políticas relacionadas con el avance hidrológico del régimen de Franco, que había resultado en la urbanización de la zona, construcción de restaurantes e infraestructura turística. Sin embargo, la promoción masiva de la infraestructura a través de la transferencia de agua del Tajo-Segura y posteriormente, la lenta disminución de agua, deterioró el atractivo del área. Las sequías de los últimos años han añadido aún más desafíos.

Sin embargo, tras las lluvias de marzo, el Mar de Castilla ha resurgido con todo su esplendor.

Transformando el agua en oro. Solo hay que leer las crónicas de la prensa local para darse cuenta del fervor entre los residentes de las comunidades ribereñas. El embalse de Entrepeñas no había visto una cantidad significativa de agua desde 1956. Han pasado casi tres décadas desde que la gente pudo ver su capacidad en su esplendor; esta semana, el pantano ha mostrado una cantidad de agua sorprendente que representa una oportunidad única para la región.

La noticia ha despertado un gran interés, con personas llegando a la región de Riverside para capturar esta experiencia extraordinaria con sus cámaras o teléfonos móviles, inmortalizando un momento que tal vez no vuelva a repetirse.

La gran interrogante en el contexto del Mar de Castilla es: ¿por cuánto tiempo podrá continuar esta situación y cómo podría el turismo local beneficiarse de ella?

Esta es una pregunta que se plantea en muchas otras áreas del país. España cuenta con más de 1,200 embalses y una cantidad casi doble de superficie de agua dulce comparada con la costa marina. A lo largo de la historia, estas reservas de agua han sido mucho más que simples depósitos: han funcionado como atractivos turísticos que han ayudado a mitigar el éxodo demográfico de áreas rurales en España.

No obstante, el interés por estos destinos ha ido disminuyendo gradualmente en las últimas décadas, y el turismo rural no ha colmado del todo el vacío creado. Este panorama ha llevado a los municipios de Cáceres, Lugo, Badajoz y a los 530 municipios que se asocian con la Federación de Municipios con Energía Hidroeléctrica, así como a Embalses de España (con 15 municipios y 46 provincias), a tomar medidas en conjunto para revivir el turismo en pantanos.

¿Cómo? Con **una propuesta de valor muy clara**: implementar diversas actividades de aventura, como «barranquismo, paseos en parapente o en globo, rutas en botes o kayak, pesca deportiva o remo, además de rutas en bicicleta y senderismo, así como iniciativas gastronómicas y culturales».

Una nueva solución para un problema preocupante. Recientemente, mientras los hoteles españoles informaban sobre un incremento del 7.5% en las pernoctaciones nocturnas de viajeros extranjeros en el 2024, el turismo nacional se estancó, con un crecimiento mínimo del 0.2%.

Este estancamiento se atribuye al aumento de precios y a la congestión en áreas turísticas populares, lo cual ha empujado a visitantes a explorar zonas menos explotadas que han mostrado un crecimiento del 4.9% anual en su afluencia. Al observar las impactantes imágenes de los embalses en todo el país, queda claro que presentan un gran potencial turístico.

Imagen | Riaño, León (Paulo Valdivieso) | Pelayo Arbueés | Eduardo Kenji Amorim

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