
Una imagen dice más que mil palabras. Aquí está esta foto.
Estos dos gráficos muestran el desempeño de las acciones de Seagate y Western Digital en lo que va de año. El primero ha crecido un 148,38% en los últimos diez meses y medio en Bolsa. El segundo, un poco más: 156,09%.
Ambas empresas son actores importantes en el espacio del disco duro tradicional. Dividen el mercado en partes iguales (aproximadamente (40% de participación cada uno) junto con Toshiba (alrededor del 20%), pero ese mercado parecía haber quedado relegado a un segundo plano, ¿no?
Incorrecto.
Una segunda juventud para el disco duro tradicional
Aunque las unidades SSD son los claros protagonistas por su rendimiento y porque sus precios no han parado de bajar en los últimos años, los discos duros siguen siendo los campeones absolutos de la capacidad. Y esto es muy importante (muy importante) en el mundo de la IA.
La razón es obvia: los centros de datos de IA utilizan miles de GPU avanzadas tanto para el entrenamiento como para la inferencia de modelos, pero todo lo que decimos a ChatGPT, Gemini o Claude se guarda, y también necesitamos guardar las imágenes, vídeos o documentos que subimos para interactuar con estos modelos de IA. Hay terabytes y terabytes de contenido que necesitan un medio de almacenamiento eficiente y económico.
Y aquí es donde entran en juego los discos duros. Si desea almacenar una gran cantidad de datos, estas unidades son la opción clara. Tanto Seagate, Western Digital como Toshiba continúan ofreciendo avances continuos para consolidar cada vez más datos en sus unidades. En los últimos meses hemos visto discos duros que alcanzan alcance gracias a la tecnología HAMR unos increíbles 36TB. El precio, que ronda los 700 euros, es casi ridículo teniendo en cuenta la capacidad: menos de 20 euros el TB.
No hay nada ni remotamente comparable en el mundo de las unidades SSD: normalmente encontrarás unidades de 8 TB como máximo, aunque algunas empresas sí preparar Unidades gigantescas de 256 TB que aún no están en el mercado y que probablemente tendrán un precio exorbitante.
Esto ha provocado que la demanda de discos duros tradicionales se haya vuelto a disparar cuando parecía que esta tecnología podría estar pasando de moda. Eso es exactamente lo que han aprovechado estas dos empresas mientras viven una nueva y sorprendente era dorada.
La gigantesca inversión en centros de datos beneficia a ambas empresas, así como a ellas se beneficiará de una demanda espectacular en unidades de almacenamiento para estos centros de datos. Y si todo va como parece – y la burbuja teórica no estalla – el futuro a corto plazo parece especialmente brillante para ambas empresas.
En | Si la pregunta era cómo conseguiría EE.UU. las tierras raras tras el veto de China, la respuesta es: discos duros