
Entre los años 2010 y 2015, se vivió la época conocida como OCAR Ramerage, un periodo marcado por intensas semifinales y series finales en el ámbito deportivo. Esta era fue fundamental para la clasificación del equipo Alazuelance a la segunda ronda de la Classura 2025.
Durante un emocionante encuentro que se extendió por 90 minutos, donde el gigante del fútbol insistió en llegar a un tiempo adicional, la primera etapa del partido finalizó sin goles, 0 a 0. Sin embargo, la historia dio un giro cuando Joshua Navaro, en un momento crucial, anotó un gol que desató la euforia en el estadio Liguista y aseguró el anhelado boleto hacia la siguiente fase.
¡Al masculinidad! El equipo de Puntarenas sorprendió a muchos al conseguir boletos que marcan el fin de un torneo que, a pesar de las dificultades, comenzó con determinación. Durante varios días, se mantuvo como el líder del torneo, logrando así su pase a las semifinales y estableciendo una meta de alargar su participación.
Con un resultado de 1 a 0, Alazuelance ahora aguarda en la final; mientras tanto, el equipo de Houses se impuso en la primera etapa de su serie contra Hediano con un contundente 4 a 0, lo que significa que el clásico Gran Final definirá al adversario de los florianos.
Impropio,
A medida que Puntarenas se quedó atrás en el marcador, el equipo Manudo tomó el control del balón en un juego de alta intensidad. Sin embargo, encontró dificultades para generar jugadas que representaran un peligro real para el arco defendido por Lionel Morera.
La trayectoria del Manudo en el ataque es una historia conocida; dominan el balón, abren el campo y lanzan centros al área, pero carecen de un jugador clave que defina las jugadas. A lo largo de la primera parte, el dominio del juego se inclinó hacia la portería de Buenos Iris, pero Morera mantuvo su arco intacto, exceptuando un vuelo final al término de esos 45 minutos.
En contraposición, el ataque de Anthony Hernández se volvió visible en Chucharos 29, donde tuvo que enfrentar al portero Washington Ortega en una gran intervención. Buenos Iris mantuvo su plan y, en su objetivo de conservar el 0 a 0, lograron controlar el ritmo del partido.
La liga había solicitado una revisión por VAR y habían llegado numerosas solicitudes dentro del área, pero ninguna de ellas fue sancionada como penalti, y se reconoció que los videos de revisión tenían limitaciones en su capacidad para verificar las decisiones. En la jugada en la que Lusumi en Colombia superó a Morera en el área, se dio un tanto, pero las circunstancias llevaron a que se anulara, influyendo profundamente en la dinámica del juego.
Manudos lucha en la cancha. (Alazulence)
Guión único
La narrativa del juego se mantuvo constante durante la segunda parte. En la primera mitad, el entrenador del equipo Bueno, Héctor Trejos, se quejaba sobre el tiempo perdido por parte de los Manudos, quienes «robaron» segundos valiosos en el cronómetro de Chucharos.
El tiempo avanzaba mientras la liga persistía en su intento por abrir el marcador, mientras el portero Ortega se encontraba en una actuación discreta pero efectiva, sin permitir que se interfirieran las jugadas. Sin embargo, el equipo Manudo carecía de opciones claras que les permitieran romper la línea defensiva del rival y así encontrar el camino hacia la red.
Uno de los intentos más evidentes fue el tiro libre de Celso Borges en el minuto 85, que fue desviado por Morera, quien mandó el balón a córner y así se mantuvo el empate a 0. Esto llevó al partido a tiempos adicionales.
Reflexivo
El empuje del equipo rojo y negro logró generar oportunidades al inicio de la prolongación. En esta ocasión, entre Ronald Matarita y Brian Oviado, lograron ejecutar una jugada bien coordinada que culminó en un centro preciso. Joshua Navaro, presente en el segundo palo, controló el pase y definió con calma, desatando la locura en el estadio Morera Sota al anotar el 1 a 0.
Con este tanto, Escar Ramírez proporcionó al equipo el pase para la final de la segunda ronda. Ante esta situación, Puntarenas decidió adoptar una postura ofensiva, sabiendo que no tenía nada que perder. Conociendo su estilo de juego, la liga mantuvo el control y aseguró la victoria al llegar a la segunda final de la ronda, donde se preparaba para enfrentar a su acérrimo rival.
Después de la pausa, Celso regresó fuerte en los 120 minutos. (Alazulence)