En el contexto actual, se estima que un alarmante 90% del territorio de Gran Canaria se encuentra en un estado de riesgo alto o muy alto de desertificación, lo que implica una creciente frecuencia de fenómenos como la kalima y las sequías. Esta preocupante información proviene de un informe elaborado por la Fundación Foresta. En respuesta a esta problemática, hace aproximadamente 14 años, la compañía eléctrica de España, en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria, inició la construcción de un ambicioso proyecto dirigido a abordar los desafíos de suministro de agua y electricidad, aunque no ha estado exento de controversia.
La iniciativa. El proyecto conocido como El Salto de Chira es una planta hidroeléctrica que utiliza tecnología de bomba reversible, ubicada en la zona suroeste de Gran Canaria, aprovechando las presas de Chira y Soria. La esencia de este proyecto es la creación de una mega batería destinada a optimizar el uso de energías renovables, al mismo tiempo que busca asegurar el suministro de agua en la región, un recurso cada vez más escaso debido a las condiciones climáticas adversas.
Los trabajos de construcción del proyecto, que actualmente se encuentran al 40% de su finalización, cuentan con un presupuesto aproximado de 391 millones de euros. El Banco Europeo de Inversión, junto con el Gobierno español, está brindando su apoyo financiero a esta importante iniciativa.
Se estima que se terminará para 2027. Una vez finalizado, este centro se convertirá en una mega instalación de 200 MW, con una capacidad de almacenamiento energético de hasta 18 horas. Según un artículo en Eldiario.es, el proyecto también contempla la construcción de una planta de desalinización que tiene como objetivo proporcionar agua potable y facilitar el bombeo entre las distintas instalaciones, utilizando el excedente de energía renovable durante períodos de baja demanda, lo que en consecuencia optimiza y mejora el sistema eléctrico de la isla.
Una gestión prolongada. La gestión de este proyecto ha sido incierta, ya que han transcurrido más de diez años para asegurar que todos los sistemas funcionen adecuadamente. La complejidad técnica asociada a la construcción de una planta hidroeléctrica reversible, similar a la que ya opera en Galicia, ha ocasionado demoras en los plazos. Esta planta estará vinculada a una instalación de desalinización, lo que ha ralentizado aún más tanto la planificación como la ejecución. Además, el proceso de obtención de permisos, el cual implicó estudios de compatibilidad ambiental y diversas consultas públicas, ha sido prolongado. A ello se suma la dificultad logística asociada al terreno escarpado de la isla, lo que ha incrementado los retos de construcción.
En el vecindario de Barranquillo Andrés y Soria Guapil, un grupo local ha manifestado su apoyo al proyecto. Según se informó en El País, el 90% de los residentes han respaldado la iniciativa, citando sus efectos positivos en la agricultura local y la ganadería. Además, la asociación ambiental Bentorey ha reconocido que, aunque existen ciertas incomodidades, la percepción general es positiva en cuanto a los beneficios relacionados con el suministro de agua.
Existen voces críticas. Por otro lado, es importante señalar que un número considerable de organizaciones ambientales y expertos han expresado su descontento respecto al proyecto. El colectivo ecologista Turcón ha señalado que este tipo de instalaciones resulta energéticamente ineficiente, dado que implica la extracción y el bombeo de agua de mar, lo cual consume una elevada cantidad de energía e impacta considerablemente en el medio ambiente. Además, critican el hecho de que este proyecto se promocione como una solución de energía limpia cuando, en su opinión, se asemeja más a una infraestructura de almacenamiento dependiente de un modelo energético promovido por grandes compañías como Naturgy e Iberdrola.
Más controversias en las islas. A pesar de que la isla El Hierro se presenta como un modelo ejemplar para lograr la autosuficiencia energética a través de fuentes renovables, recientemente saltó a la noticia que esta isla dependía del diésel para satisfacer sus demandas energéticas. Esto subraya la necesidad de continuar desarrollando proyectos de almacenamiento de energía para alcanzar una transición efectiva hacia un sistema energético renovable que pueda gestionar la intermitencia de las distintas fuentes de energía.
Proyecciones futuras Según reporta la provincia, los trabajos de construcción están avanzando y ya se han ejecutado cuatro kilómetros de los túneles planificados, así como las infraestructuras necesarias para la desalinización y la línea eléctrica. Se anticipa que en 2025 comenzarán las descargas de agua en los embalses de Chira y Soria, marcando un hito significativo en el desarrollo de este emocionante proyecto.
Imagen | Atractivo
| Un viejo túnel en Galicia se convertirá en un nuevo almacén de energía, formando parte de un ambicioso proyecto de 1,800 MW, sin requerir nuevos embalses.