Ciencia y tecnología

La clave se llama Giuk y conecta a China y Rusia al este de los Estados Unidos.

La idea de que Estados Unidos desea adquirir Groenlandia resonó de manera notable en enero de este año, y desde entonces ha sido un tema recurrente durante cada semana. Aunque planteamos que esta no es una idea completamente nueva, resalta que, esta es la quinta vez en la historia que el país ha hecho gestiones relacionadas con el control de la isla. Es fundamental aclarar que las intenciones del país no se basan solamente en intereses económicos o simbólicos, sino que se centran en la importancia geopolítica que la isla tiene en el contexto actual. Groenlandia ha adquirido una relevancia estratégica, especialmente frente a los posibles escenarios de confrontación futura con potencias como Rusia y China.

Amenaza rusa y china. En el panorama contemporáneo, Groenlandia se ha transformado en un punto crítico para la seguridad nacional de Estados Unidos. A pesar de que se ha discutido en numerosas ocasiones, el interés estadounidense por la isla radica más en su posición estratégica en el control del tráfico marítimo y aéreo, vital para prevenir el avance de flotas rusas o chinas. Esta apreciación fue confirmada por el general Christopher G. Cavoli, quien lidera la OTAN en Europa, así como el Comando Europeo de los Estados Unidos.

En una audición ante el Comité del Senado, el general Cavoli enfatizó la importancia del espacio aéreo y marítimo de Groenlandia. Se mencionó que el seguimiento de los submarinos rusos antes de que se pierdan en las profundidades del Atlántico es fundamental. La isla forma parte de la franja occidental del GIUK Gap (Groenlandia-Islandia-Reino Unido), un crucial corredor que permite a la flota submarina rusa, con su base en Murmansk, navegar hacia el Atlántico sin ser detectada. Esta flota alberga submarinos avanzados, como el Yasen-class, equipados con misiles de crucero de largo alcance.

La brecha de Giuk. Este corredor es un punto de estrangulamiento, y si no se monitorea adecuadamente, permite que submarinos rusos o chinos operen sin ser detectados en el Atlántico Norte. Una vez que cruzan la brecha, su localización se vuelve extremadamente complicada, debido a las características acústicas del entorno submarino y la vasta extensión del océano. Desde estas posiciones encubiertas, pueden llevar a cabo ataques mediante misiles contra objetivos estratégicos en la costa este de América.

En respuesta a este escenario, Estados Unidos formó en 2021 el SO Greyhound, un grupo especializado de destructores anti-submarinos creado para abordar esta amenaza específica. La Armada de Estados Unidos subrayó que la costa este ya no representa una protección segura, lo que enfatiza la urgencia de establecer puntos de defensa y monitoreo en áreas estratégicas como Groenlandia.

Mapa del Giuk sobre la Guerra Fría (aún relevante)

La respuesta rusa. Desde la perspectiva rusa, los analistas de seguridad resaltan que Rusia está muy consciente del valor estratégico de este corredor. En 2019, llevaron a cabo su mayor ejercicio naval desde la Guerra Fría, enviando al menos diez submarinos a través de la brecha Giuk, completamente sumergidos, para llegar al Atlántico sin ser detectados.

Los informes noruegos indicaron que la intención era clara: demostrar a Occidente que podían disimular los movimientos de su flota y exhibir su capacidad de proyectar poder en la costa de los Estados Unidos. Estos ejercicios navales también tienen un componente de crecimiento territorial en el Ártico.

Punto de control extendido. Con una separación de solo 320 km de Islandia, Groenlandia se presenta como un cuello de botella natural dentro del Giuk. Su cercanía permite el uso de la isla como una base avanzada para operaciones antisubmarinas. Aunque Estados Unidos ya cuenta con la base de Fuerza Espacial en Pitenfik (la antigua Thule), que está equipada con un sistema de radar destinado a la detección temprana de ataques balísticos, el general Cavoli ha señalado que sería estratégicamente beneficioso expandir las capacidades militares en otras partes de Groenlandia.

Una clase de yasen m

Tensión diplomática En este contexto, se producen las recientes declaraciones del general Cavoli, en un entorno político marcado por la tensión entre Estados Unidos y Dinamarca, país soberano de Groenlandia. La resurrección del interés de Donald Trump por adquirir la isla ha reavivado antiguos conflictos diplomáticos de su primera administración.

También, la visita reciente del vicepresidente JD Vance a Islandia provocó un fuerte rechazo por parte de las autoridades locales y danesas, quienes se reunieron para expresar su unidad frente a las intenciones de anexión. Al mismo tiempo, el secretario de Estado, Marco Rubio, se trasladó a Dinamarca para calmar la situación y reafirmar la fortaleza de las relaciones bilaterales, aunque las tensiones subyacentes continúan presentes.

Otra cosa. A pesar de que la persecución de submarinos rusos es el eje central de la estrategia estadounidense, Groenlandia ofrece muchas más ventajas militares. Su infraestructura de radar permite una detección temprana de lanzamientos balísticos, proporcionando a Estados Unidos tiempo crucial para reaccionar ante un posible ataque.

Además, su ubicación en el noroeste del Atlántico es un punto logístico crucial en el contexto de un posible conflicto en el Ártico o intercontinental. Aunque Islandia ya alberga equipos de aviación antisubmarina de Estados Unidos que supervisan el Giuk Gap, Groenlandia podría extender el alcance y la flexibilidad operativa.

Geopolítica en el hielo. A medida que se intensifica el debate sobre si Estados Unidos realmente necesita adquirir Groenlandia o simplemente aumentar su presencia en la región, la realidad es que la isla, aunque remota y cubierta de hielo, ha evolucionado hacia un enfoque geopolítico de primer orden. El creciente interés por la militarización ártica, el resurgimiento de la potencia naval rusa y la creciente competencia global por el dominio de las rutas polares han colocado a Groenlandia en el centro de un nuevo ángulo geopolítico.

El valor de Groenlandia no radica en su atractivo demográfico, económico o turístico, sino en su capacidad para influir en el equilibrio de poder entre naciones en competencia. Durante la era de la Guerra Fría, cada kilómetro de su costa era considerado un activo estratégico; hoy en día, Groenlandia vuelve a resaltar su significancia.

Imagen | Picryl,

En | Es la quinta vez que Estados Unidos quiere comprar Groenlandia desde Dinamarca. Si preguntaran en la isla, lo tendrían más claro

En | Trump quiere mantener a Groenlandia. Hay dos países para los cuales sería un problema grave: China y Rusia