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Femicidios y violencia de género en 2025

Los femicidios en Costa Rica han experimentado un alarmante aumento durante los primeros cuatro meses de 2025, mostrando el doble de casos comparado con el mismo período del año anterior. Esta escalofriante estadística refleja una cruda realidad que exige nuestra atención y acción inmediata.

Según los datos proporcionados por el poder judicial en relación con la violencia sexual, hasta el corte del 9 de abril, se documentaron 15 eventos fatales. Para poner esto en perspectiva, el mismo día del año anterior se registraron seis casos, cifra que ascendió a ocho hacia finales de abril de 2024. Esta tendencia creciente suscita la pregunta crítica: ¿Qué está causando este aumento?

Marcela Vindas, reconocida investigadora y académica del Instituto de Estudios de la Mujer (IEM) de la Universidad Nacional (ONU), abordó este tema, señalando la complejidad que implica responder a esta inquietud. «El femicidio es el desenlace de una historia de violencia; es el último acto en una serie de abusos que muchas mujeres han padecido», explicó. Como tal, esta violencia no se presenta de manera aislada, sino que es reflejo de un contexto de agresiones permanentes.

Vindas enfatiza que es crucial cambiar nuestra perspectiva. Cuando se trata de comprender el femicidio, debemos preguntarnos qué estrategias han implementado las mujeres para protegerse y, en lugar de cuestionar por qué no lograron escapar de los círculos de violencia, necesitamos investigar qué ha hecho el estado para apoyarlas en su lucha contra esta violencia.

Desde 2007, la cifra de mujeres que han perdido la vida a causa del femicidio asciende a 508. En cuanto a los totales más recientes, 2024 cerró con 29 femicidios, mientras que 2023 registró 31. Los años más trágicos han sido 2011 y 2009, con 42 y 39 casos, respectivamente.

Política pública

En este contexto, la prevención se presenta como una prioridad para el desarrollo de políticas públicas efectivas. Es necesario fortalecer las oficinas de mujeres a nivel municipal, ya que los gobiernos locales están en una posición privilegiada para abordar estos problemas de forma directa y personalizada. La adaptación de los planes locales es fundamental, dado que las circunstancias pueden variar drásticamente entre lugares como San José y Guanacaste.

Otro aspecto crítico implica la forma en que se idealiza el amor en la cultura costarricense. «No se trata de demonizar el amor en sí, sino de cuestionar la noción de que el control y la posesión son señales de amor genuino», advirtió Vindas. Este tipo de creencias puede ser perjudicial e influir en la juventud, que tiende a modelar su comprensión de las relaciones en función de los patrones que observan. Es imperativo que el sistema educativo inicie un diálogo sobre estas cuestiones para prevenir la perpetuación de ciclos de violencia.

Sin embargo, es vital no caer en la generalización. No todos los hombres que han sido testigos de violencia en sus hogares se convierten en agresores; también existen hombres que desean romper con esos patrones. De la misma manera, no todas las mujeres que han experimentado violencia en su juventud acabarán en relaciones abusivas.

14 menores sin madre

En 10 de los 15 casos de femicidio reportados, las víctimas eran madres, con un total de 20 hijos, de los cuales 14 son menores de edad. Ingrid Espinoza, de 35 años, fue la primera víctima de estos crímenes en 2025, asesinada el 1 de enero en La Milpa, Guararí de Heredia, evento que culminó con el suicidio de su compañero sentimental.

Otro caso notable es el de Van Machado, un nicaragüense de 31 años que huyó a su país, pero fue localizado por las autoridades. Asimismo, se reporta el asesinato de Meribeth Oondragón, quien fue apuñalada en San Rafael de Heredia. Tanto ella como otros casos incluyen niños menores entre sus descendientes.

La violencia no se limita a circunstancias específicas; también varía en los días de la semana, con un notable número de incidentes ocurriendo durante los sábados y domingos, donde se han documentado al menos cuatro casos cada día. Hasta el 9 de abril de 2025, se constató que seis mujeres perdieron la vida por arma blanca, tres por armas de fuego y otras tres fueron sofocadas, reflejando la diversidad de métodos utilizados en estos trágicos eventos.

Los delegados de la oposición muestran carteles con reclamos al presidente Rodrigo Chaves, tras rendir cuentas del tercer año de su gestión. (Cortesía de Fotos/Reunión Legislativa y Alonso Solano/EL OBSADOR).

Los carteles

El 5 de mayo, durante un evento del presidente de la República, Rodrigo Chaves, un grupo de delegados utilizó carteles para protestar por los «deshonrosos» acontecimientos que han marcado su administración. Uno de los carteles sostenidos por las delegadas Kattia Cambronero y Montserrat Ruiz señalaba: «La vergüenza lidera el año más violento contra las mujeres y con más femicidios en una década».

Ruiz argumentó que el aumento en los femicidios en el país está vinculado al debilitamiento de los programas de prevención. «La política de prevención ha sido abandonada, y los recursos han sido desviados tras fallidas políticas como los ‘puntos violetas’,» declaró. Además, indicó que la violencia simbólica contra las mujeres ha escalado, iniciando incluso desde el discurso del presidente hacia las mujeres.

Este panorama se ve agravado por la reducción de las inversiones sociales en infraestructura vital, como la mejora en la «Red de atención y en las becas destinadas a avanzar en la lucha contra la violencia de género». La Legislatura, por su parte, defendió los esfuerzos realizados en los últimos cuatro años mediante** la aprobación de leyes para prevenir los femicidios, tales como «el protocolo nacional en caso de desaparición de mujeres, la reforma de procedimientos penales para la evidencia en delitos sexuales, además de leyes que sancionan agresiones hacia las mujeres».