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Estados Unidos y China alcanzan un acuerdo de 90 días.

El pasado lunes 12 de mayo, los gobiernos de los Estados Unidos y China hicieron un anuncio significativo: han llegado a un acuerdo que implica la reducción de las tarifas arancelarias durante un período de 90 días, bajándolas a un 30 % y un 10 %. Este pacto ha logrado aliviar los temores acerca de una posible recesión económica, que había estado creciendo en medio de una guerra comercial que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha estado promoviendo desde febrero del año anterior. Esta situación no solo afecta a estas dos grandes potencias, sino que tiene repercusiones en toda la economía global.

Me encuentro en una posición intermedia entre los Estados Unidos y la Guerra Arancelaria de China, observando cómo se desarrollan estos acontecimientos.

El acuerdo alcanzado el 12 de mayo establece que Washington reducirá sus tasas arancelarias del 145 % al 30 % para productos provenientes de China. Por su parte, Beijing también se compromete a disminuir el arancel correspondiente a los EE. UU. del 125 % al 10 %. La información fue divulgada por el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, y el secretario del Tesoro, Scott Besent, durante una conferencia de prensa celebrada en Ginebra.

– «Ninguna de las partes quiere una disociación»

Este alto el fuego comercial se aplicará durante 90 días, tiempo en el cual funcionarios de ambas naciones continuarán las conversaciones con el fin de solventar disputas económicas que han surgido. Este hecho fue corroborado por ambos gobiernos.

Besent comentó: «El consenso de ambas delegaciones este fin de semana es claro: ninguna de las partes quiere una separación drástica en su comercio. Lo que ocurrió con las tarifas elevadas fue prácticamente un embargo, y esto no es lo que deseamos. Queremos fomentar el comercio», afirmó. También añadió que «deseamos un acuerdo más equilibrado y que ambas partes están comprometidas a conseguirlo».

El anuncio se produce tras una intensa reunión, donde las delegaciones de ambos países se sentaron, acompañadas por varios oficiales de policía suizos, en una villa del siglo XVII en Ginebra que sirve como residencia oficial del embajador suizo ante las Naciones Unidas. La reunión se extendió por más de doce horas, tanto el sábado como el domingo.

El miedo a una recesión se alivia

Los mercados financieros han mostrado un aumento significativo como resultado del acuerdo entre las dos potencias económicas más influyentes del mundo, quienes han estado en una confrontación que había desestabilizado seriamente la economía global.

El dólar también ha experimentado un fortalecimiento tras estas noticias, lo que contribuye a calmar las preocupaciones sobre una posible recesión desencadenada por los incrementos en las medidas arancelarias impuestas por el presidente Trump, quien busca reducir el déficit comercial de su país.

El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Besent, señaló que «ambos países han representado sus respectivos intereses nacionales de manera efectiva. Ambos tenemos un interés compartido en un comercio equilibrado, y Estados Unidos seguirá avanzando en esa dirección».

La disputa arancelaria había interrumpido cerca de $ 600 mil millones en el comercio bilateral, lo que generó interrupciones en las cadenas de suministro, un aumento del temor a un estancamiento económico y cierta desconfianza en los mercados. Las reuniones en Ginebra fueron la primera interacción directa entre funcionarios económicos estadounidenses y chinos desde que Trump asumió el poder y lanzó una campaña arancelaria que especialmente afecta a China.

«Es mejor de lo que esperaba»

Besent indicó que el acuerdo alcanzado hasta ahora no establece tarifas específicas por sector, y que Estados Unidos continuará tratando de reequilibrar su comercio en sectores estratégicos como medicamentos, semiconductores y acero, donde se han identificado «vulnerabilidades» en la cadena de suministro.

No obstante, el tratado ha superado las expectativas de muchos analistas, quienes ya se habían preparado para un escenario complicado tras semanas de retórica adversa.

«Es mejor de lo que esperaba. Pensé que las tarifas se reducirían a alrededor del 50%», comentó Zhiwei Zhang, economista jefe en la gestión de activos de Pinpoint, basado en Hong Kong. «Claramente, esta es una noticia muy positiva para las economías de ambos países y para la economía global, y es evidente que los inversores, a corto plazo, se preocupan menos por el daño potencial a las cadenas de suministro globales», añadió Zhang.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero del año anterior, Trump ha incrementado las tarifas que los importadores estadounidenses deben pagar por diversos productos provenientes de China, llevándolas hasta el 145%, además de las imposiciones previamente existentes durante su primer mandato y las normas establecidas por la administración Biden.

Por su parte, China se opuso enérgicamente a las restricciones impuestas, especialmente aquellas referentes a la exportación de elementos raros, que son esenciales tanto para la industria armamentista como para el consumidor estadounidense, manteniendo sus tarifas sobre productos de EE. UU. al 125%.

Con contribuciones de Reuters y AP