
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico (Ovsicori) registró 210 sismos entre el 13 de octubre y el 3 de noviembre en el sector norte del Volcán Platanar, dentro del Parque Nacional Acuático Juan Castro Blanco, en San Carlos.
Según el informe, la actividad corresponde a un enjambre sísmico somero, con magnitudes menores a 3 y profundidades menores a 10 kilómetros.
Los acontecimientos se concentran entre Florencia, Aguas Zarcas y Venecia. Estas zonas coinciden con un sistema de fallas que atraviesa el macizo Platanar-Porvenir.
«Hasta la fecha, no se han detectado signos de temblores volcánicos en curso, lo que sugiere que la fuente es predominantemente tectónica y no magmática», indicó Ovsicori.
Recuperación tectónica
Según los especialistas, los sismos están relacionados con un proceso de reajuste cortical y ruptura progresiva del terreno. Este es un comportamiento típico en las zonas montañosas del norte del país.
Mientras tanto, el comportamiento del enjambre se divide en tres fases distintas:
- Comience con poca actividad
- Aumento repentino desde el 28 de octubre
- Ligero descenso en los primeros días de noviembre
Asimismo, Ovsicori señaló que las recientes condiciones de lluvia y saturación del suelo pueden afectar la liberación de estrés a poca profundidad. Sin embargo, la agencia descartó cualquier indicio de movimiento magmático o riesgo de erupción.
“La región forma parte del límite entre el bloque volcánico de la Cordillera Central y la Llanura de San Carlos, donde confluyen procesos tectónicos, hidrotermales y lluvias intensas”, explicó Ovsicori.
VER MÁS: Un sismo de 4.2 se sintió fuerte este lunes en Tilarán y dejó caer objetos en la Zona Norte de Costa Rica
Derrumbe en Aguas Zarcas en 2023, dentro del propio Parque Nacional. (Archivo de fotografía/observador).
Escucha
Por otro lado, la zona donde se ubica este enjambre coincide con el gran deslizamiento de tierra ocurrido en julio de 2023 en la cabecera del río Aguas Zarcas, dentro del mismo parque, pero sin relación con este enjambre.
Ante esto, Ovsicori destacó que se mantiene la observación instrumental en tiempo real, con la red de estaciones sismológicas, debido al historial de inestabilidad en el lugar.
«Estos enjambres son comunes en zonas volcánico-tectónicas y en la mayoría de los casos no implican un aumento del riesgo para la población», destacó la institución.

