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El compromiso franco-italiano con la energía nuclear automatizada – Al Día cr

El crecimiento de la inteligencia artificial ha provocado que el consumo mundial de electricidad se dispare, dejando a los gobiernos con una pregunta urgente: ¿de dónde vendrá la energía para sostenerlo? En una alianza poco ortodoxa, Francia e Italia creen que tienen parte de la respuesta con los microrreactores nucleares automatizados.

Lento. Esto suena grandioso al principio, pero analicémoslo aquí. La startup francesa NAAREA ha anunciado una asociación estratégica con la empresa italiana Fluid Wire Robotics (FWR), especializada en robótica para entornos extremos. El acuerdo tiene como objetivo integrar los sistemas robóticos de FWR en las operaciones de manipulación, mantenimiento y desmontaje de los microrreactores XAMR. que NAAREA viene desarrollando desde 2020.

Según el comunicado oficialEl XAMR es un reactor de sales fundidas y neutrones rápidos de cuarta generación capaz de generar 40 megavatios de electricidad y 80 megavatios de energía térmica. Su peculiaridad es que funciona “quemando residuos nucleares de larga duración” a partir de combustible gastado de otras instalaciones, convirtiendo así un problema de almacenamiento en una fuente de energía.

La respuesta está en la robótica. Fluid Wire ha desarrollado un sistema que permite que brazos robóticos operen dentro de zonas radiactivas sin componentes electrónicos vulnerables. Los motores y sensores están ubicados en una unidad blindada remota desde donde transmiten el movimiento a través de un sistema hidrostático. Esto evita que la radiación dañe los componentes electrónicos y permite una manipulación precisa con retroalimentación de fuerza, incluso bajo el agua o a temperaturas de hasta 180 °C.

Además, el sistema soporta niveles de radiación de hasta 1,5 MGy y puede funcionar tanto en modo remoto (controlado por humanos) como en modo automático con operaciones programadas para producción o mantenimiento. A través de esto, NAAREA automatizará pasos clave en la producción de combustible, realizará inspecciones robóticas y desmontaje asistido, minimizando la exposición del personal humano.

Otro paso en la automatización. La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) lleva años promoviendo el uso de drones y robots para mejorar la seguridad en las centrales eléctricas. Según la organizaciónEstas tecnologías ya están ayudando a reducir los riesgos y aumentar la eficiencia, incluso en el funcionamiento de las plantas.

La agencia ha destacado el desarrollo de robots caminantes, voladores e incluso acuáticos, que ya se están utilizando para inspecciones, respuesta de emergencia y evaluación posterior a incidentes. robótica, Los expertos dicenYa no es una promesa, sino una herramienta cotidiana en la energía nuclear.

Japón: un ejemplo extremo. El año pasado, el robot Telesco se utilizó por primera vez para recuperar combustible derretido del reactor 2 de Fukushima.

La operación liderada por TEPCO proporciona información sin precedentes sobre el deterioro de los materiales tras trece años de radiación y calor residual, confirmando el papel esencial de la robótica en entornos imposibles para el ser humano.

Energía para un mundo hambriento de chips. La alianza NAAREA-FWR también es parte de una crisis energética subyacente. El crecimiento de la inteligencia artificial y los centros de datos ha provocado que el consumo eléctrico mundial se haya disparado. Como advertía el artículo de mi colega, los sistemas de IA generativa y el entrenamiento de grandes modelos requieren cantidades de energía que ya están sobrecargando las redes eléctricas en varios países.

En este contexto, los microrreactores nucleares como el de NAAREA pueden proporcionar una alternativa de suministro estable, limpia y localizada, especialmente para industrias con altas demandas de energía, como los centros de datos o la producción de semiconductores. De hecho, en otro informe detallamos cómo empresas como Google y Microsoft están explorando acuerdos con empresas de energía nuclear para impulsar sus infraestructuras de inteligencia artificial. La energía nuclear, que alguna vez estuvo asociada únicamente con reactores enormes y militares, está siendo redescubierta como un motor estratégico para la nueva revolución digital.

Robots al servicio del átomo. Para NAAREA, la colaboración con FWR representa un paso hacia un modelo de industrialización nuclear replicable y seguro. Los brazos robóticos diseñados en Pisa y los microrreactores ensamblados en Francia podrían convertirse en el símbolo de una nueva era: plantas autónomas en miniatura conectadas a industrias o centros de datos y atendidas por robots que actúan donde ningún humano podría hacerlo.

En un mundo donde la inteligencia artificial requiere más energía que nunca –y donde los humanos intentan reducir los riesgos y las emisiones– el átomo vuelve a ser protagonista, pero esta vez con ayuda mecánica.

Imagen | FreePik

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