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El 30% de las depresiones no responden a pastillas ni a psicoterapia. La idea de un psiquiatra: tratarte con ecografía – Al Día cr

La depresión es un trastorno realmente complejo que se produce en El 30% de los casos no responde al tratamiento. convencional. Ni farmacoterapia, ni psicoterapia, ni estimulación magnética transcraneal (utilizado para tratar el TOC) parece brindar un alivio duradero a quienes están atrapados en el TOC estados patológicos más resistentes. Y aunque inicialmente pueden darse por perdidos, según el psiquiatra argentino Salvador Guinjoan Ya está trabajando en otra opción de tratamiento.

la idea. El psiquiatra, investigador. Instituto Laureate de Investigación del Cerebro de Oklahoma está trabajando en una alternativa que utiliza más la física que la psiquiatría para estos pacientes para los que a priori no se conocía otra solución. Esto se basa en el Ultrasonido focalizado de baja intensidad, lo que se conoce como LIFU (Ultrasonido focalizado de baja intensidad).

durante el el más joven En la jornada «Actualización en Neuromodulación» celebrada por la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica en Sevilla, Guinjoan explicó que el objetivo es bastante ambicioso: modificar la actividad eléctrica de los circuitos cerebrales implicados en los síntomas psiquiátricos, sin tener que abrir el cráneo ni implantar un electrodo, según explicó. en una entrevista a El País.

¿Qué es LIFU? Esta tecnología utiliza energía mecánica en lugar de energía eléctrica o química. Su transductor produce ondas ultrasónicas que penetran en el cráneo y concentran la energía en un punto muy concreto del cerebro, permitiéndole modular sutilmente la energía. canales iónicos mecanosensibles de neuronas. En la práctica, esto cambia la comunicación neuronal en regiones involucradas en las emociones, la motivación o la toma de decisiones.

Sin embargo, lo importante en este caso es que LIFU permite procedimientos completamente reversibles con alta precisión anatómica, a diferencia de la estimulación profunda tradicional (DBS), que requiere cirugía e implantes permanentes. Según Guinjoan, el método abre por primera vez la posibilidad de observar relaciones causales entre un circuito específico del cerebro y un síntoma clínico: “Si cambiando un circuito cambia el síntoma, podemos empezar a comprender la causa”, subraya.

La bibliografía así lo avala en estos casos, ya que investigaciones previas como la realizada en Hospital General de Massachusetts y publicado en Neurociencia natural (2024) ya habían demostrado cómo LIFU puede afectar regiones profundas como la amígdala o el tálamo sin daño tisular visible. El desafío ahora es trasladar esta precisión al campo psiquiátrico.

Puntos importantes. Guinjoan y su equipo centran sus estudios en dos características clave de la depresión resistente: la anhedonia (incapacidad para experimentar placer) y la persistencia de pensamientos negativos. Ambos fenómenos parecen estar relacionados con circuitos que conectan la corteza prefrontal y los ganglios basales. Y es precisamente en este ciclo que el psiquiatra quiere intervenir con LIFU.

El investigador sugiere que modular con ultrasonido los subcircuitos que conectan la corteza prefrontal y los ganglios basales puede aliviar estos síntomas característicos sin recurrir a procedimientos quirúrgicos y posiblemente sin medicación adicional en el futuro. Y aunque todavía queda un largo camino por recorrer en este momento, los estudios piloto en los EE. UU. sugieren mejoras sintomáticas sostenidas después de varias sesiones, con efectos secundarios leves como dolores de cabeza temporales.

La ética. La capacidad de reprogramar literalmente el cerebro sin irrumpir en él plantea cuestiones que van más allá de la medicina. Guinjoan coincide con el neurocientífico Rafael Yuste, defensor de los Neuroderechos, en que urge regular el uso no terapéutico de estas tecnologías. Sin embargo, la línea entre tratar una enfermedad y mejorar el rendimiento mental es cada vez más borrosa.

A diferencia de otros dispositivos de neuromodulación domésticos, como los dispositivos de estimulación eléctrica transcraneal (tDCS) que ya se venden para uso personal, LIFU requiere neuronavegadores de alta precisión y un entorno clínico dedicado. Guinjoan no cree que se trate de una tecnología propia, pero imagina un futuro en el que cada paciente reciba un tratamiento de neuromodulación personalizado adaptado a su mapa neuronal específico.

El futuro. Si los estudios en curso confirman su eficacia, la ecografía focalizada podría integrarse a nuestro arsenal para tratar la depresión resistente, la ansiedad o incluso la esquizofrenia en la próxima década. Y todo ello sin necesidad de entrar en un quirófano. Algo que también podría suponer un nuevo salto en la psiquiatría tal y como la conocemos y un cambio de paradigma en el abordaje terapéutico de este tipo de patologías.

Imágenes | Fernando @cferdophotography Robina Weermeijer

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