
La guerra en el ámbito del transporte de alta velocidad se ha convertido en un campo de batalla donde la competencia es feroz y las estrategias entre los diferentes operadores son cada vez más variadas. A partir de la llegada de Ouigo e IRO al mercado español, los usuarios tienen múltiples opciones para elegir a la hora de viajar. Sin embargo, esto ha desencadenado disputas recurrentes con Renfe, la compañía nacional, que se siente amenazada por la creciente competencia. A medida que los viajeros se suben a trenes de larga distancia y alta velocidad, es evidente que las líneas están divididas y las tensiones se hacen palpables.
El último capítulo de esta contienda se lleva a cabo en uno de los núcleos más importantes del transporte en España, Atocha en el enfoque del asunto. La estación de Madrid se ha transformado en un bastión crucial quien busca captar a los pasajeros que se dirigen hacia la costa levantina. Renfe ha aumentado su oferta y actualmente opera cuatro trenes hacia Valencia y otros cuatro que tienen como destino Alicante, todos ellos partiendo de la estación central, Atocha.
El principal inconveniente que enfrentan Ouigo e IRO es la موقعación estratégica de Renfe. Ambos nuevos operadores están limitados en sus operaciones debido a un proceso de expansión que se lleva a cabo en la estación de Chamartín, lo que ha resultado en el desplazamiento de todas las conexiones entre Valencia y Alicante hacia la zona norte de la capital. Esto ha generado cierto resentimiento entre los competidores y un monopolio aparente por parte de Renfe.
Además, Renfe presenta hasta cuatro conexiones diarias con origen en Atocha. Este movimiento ha sido criticado por Ouigo, que argumenta que dicha ventaja competitiva perjudica su capacidad para competir efectivamente. La Comisión Nacional de Mercados y Competencias (CNMC) ha intervenido en este tema, permitiendo que Renfe aumente su número de viajes, a pesar de que la Agencia Administrativa de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) había enfrentado previamente sanciones por irregularidades.
En conclusión, se está llevando a cabo una feroz lucha por dominar la estación más concurrida de Madrid.
La lucha por Atocha
Para comprender la complejidad de esta situación, es fundamental analizar el contexto histórico. En 2022, se decidió que todos los viajes entre Madrid y las ciudades de Valencia o Alicante se llevarían a cabo desde la estación de Chamartín. Esta decisión se tomó para que se pudieran realizar funciones de expansión y mejora en la estación de Atocha. Sin embargo, a esa estación no se le había dotado de capacidad suficiente para poder gestionar toda la demanda generada por la llegada de nuevos operadores en el mercado.
Esta resolución generó numerosas críticas entre los políticos de Valencia y Alicante, quienes señalaron que, aunque los trenes hacia Barcelona o Sevilla seguirían operando desde Atocha, sería inconveniente trasladar las conexiones con la costa levantina al norte de la capital. Se prevé que para 2028, cuando finalicen las obras, los viajeros deberán agregar unos diez minutos adicionales a su trayecto para llegar a una estación menos céntrica en la ciudad.
A pesar de los desafíos, Ouigo e IRO han tenido que suspender todas sus operaciones en este contexto, mientras Renfe mantiene sus cuatro conexiones diarias entre Madrid y Valencia desde Atocha. Ouigo ha denunciado que esta situación le proporciona a Renfe una ventaja competitiva, ya que la ubicación estratégica de la estación Atocha atrae a más pasajeros.
Finalmente, se presentó una queja formal ante la CNMC, quien impuso a Adif dos multas adicionales, acumulando un total de 11,800 euros como sanción por facilitar estas condiciones a Renfe Levante.
A pesar de las dificultades, las rutas entre Atocha y Valencia continúan siendo operadas exclusivamente por Renfe, lo que le otorga una ventaja considerable en el mercado. Ahora, la CNMC ha autorizado la implementación de cuatro nuevos servicios diarios entre la estación central de Madrid y Alicante, en una decisión que, según el organismo, «no tendrá un impacto significativo» en sus competidores, aunque confirma la atracción de Atocha por un número mayor de viajeros.
Es relevante señalar que ambos, Ouigo e IRO, han expresado su interés en obtener los permisos necesarios para aprovechar estos espacios que ahora están disponibles.
La importancia de la centralidad de la estación Atocha es evidente para los operadores de alta velocidad. Su localización les permite captar un mayor número de clientes potenciales, especialmente en las áreas centrales y del sur, donde la competencia con Chamartín se hace más evidente. Aunque Renfe podría ofrecer trayectos ligeramente más rápidos (aproximadamente 10 minutos menos), la ventaja principal radica en que es la única opción disponible en Atocha, lo que resulta ser una consideración relevante frente a otras alternativas de alta velocidad o incluso de vuelo aéreo.
Foto | Francesco Zivoli y
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