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Contribuyendo a la resiliencia ante el cambio climático, una pequeña presión a la vez

Los habitantes del distrito de Nyimba, en la provincia oriental de Zambia, han dado un paso innovador al sembrar trigo en dos parcelas continuas, empleando métodos distintos para maximizar la productividad en un contexto de severa sequía. Una de estas parcelas utiliza el enfoque conocido como ‘subterráneo’, o cultivo profundo. Este método involucra la disolución del suelo a través de picos, lo cual optimiza la retención de humedad. Por otro lado, la segunda parcela se cultiva utilizando técnicas más tradicionales que implican labranza en la superficie. La diferencia en productividad entre ambas parcelas es notable, especialmente en una región donde algunas familias locales solo pueden permitirse una comida al día.

Las evidencias observadas por los residentes muestran que la parcela tratada con el método subterráneo es significativamente más productiva, lo que ha llevado a la comunidad a considerar la posibilidad de adoptar este enfoque más moderno. Esta situación se encuentra en el marco de una iniciativa denominada Face-NDC, que busca generar contribuciones a nivel nacional en el contexto del empoderamiento climático y se centra en modificar las mentalidades de las comunidades sobre el clima, el empoderamiento de las mujeres y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.

La implementación de Face-NDC es posible gracias al financiamiento del Ministerio Federal Alemán de Economía y Protección Climática a través de la Iniciativa Climática Internacional. Diversos colaboradores apoyan el proyecto, incluyendo la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Instituto de las Naciones Unidas para la Capacitación e Investigación Ocupacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, así como universidades locales como la Universidad de Copperbelt y la Universidad de Zambia.

Marvin Kapenda, un experto en ciencias del comportamiento que colabora con la FAO en Zambia, señala que en esta temporada agrícola no se han registrado precipitaciones normales. Esto permite que los agricultores identifiquen qué prácticas agrícolas son más efectivas y, por ende, requieren un rendimiento más alto. «No les decimos qué método seleccionar; ellos son quienes observan e identifican el método más atractivo al ver los resultados directamente», explica Kapenda.

Una de las herramientas que se está utilizando son los gráficos de demostración, un enfoque innovador que se integra en las escuelas de campo para agricultores, promoviendo un cambio de comportamiento hacia prácticas agrícolas más resilientes ante el clima. Este enfoque es impulsado por el proyecto Face-NDC en colaboración con la FAO en el contexto de lo que se denomina Intensificación sostenible de pequeños sistemas de agricultores en Zambia.

Agracia Lungu, presidenta de los agricultores Sungani Luwela, compartió que muchos de los agricultores solían ignorar las técnicas más efectivas, prefiriendo métodos de labranza tradicionales en lugar del subolado. Sin embargo, ahora están organizados y decididos a adoptar mejores prácticas agrícolas que incluyen la técnica subterránea, consciente de que eso podría resultar en mayores cosechas y, por lo tanto, un mejor sustento para sus familias.

El desafío no solo consiste en cambiar las prácticas agrícolas, también implica ganar el apoyo de líderes comunitarios, como el principal ndake, cuya influencia es vital para lograr un cambio amplio y sostenible. “La clave para el cambio real no radica solamente en los recursos que aportamos, sino también en transformar la mentalidad de las personas”, subraya.

La iniciativa Face-NDC no solo tiene el objetivo de promover una agricultura resistente al clima, sino que también busca cambiar las percepciones respecto a la deforestación. A través de diálogos comunitarios liderados por figuras tradicionales, se fomenta la importancia de preservar árboles autóctonos y de llevar a cabo actividades forestales comunitarias, esenciales para mitigar el cambio climático y reducir sus efectos adversos.

Otro avance notable del proyecto es el incentivo hacia el uso de cocinas de bajo consumo energético, sustituyendo el tradicional método de cocinar con leña. Estas cocinas mejoradas requieren menos recursos, lo que permite una mayor conservación de los árboles y fomenta la sostenibilidad en la comunidad.

Además, se está implementando un sistema que ofrece acceso a información meteorológica precisa, alejando a la población de supersticiones tradicionales que malinterpretan las causas de fenómenos climáticos como las sequías. Esta capacitación se distribuye a partir de consultas con líderes locales, asegurando que la información se adapte a la cultura y las tradiciones de cada comunidad.

Zambia, que enfrenta una alarmante pérdida de bosques a razón del 0,8% anual debido a prácticas insostenibles, se presenta como un escenario crítico para el proyecto Face-NDC. La rápida deforestación afecta no solo la protección de ecosistemas, sino que también contribuye a la erosión, contaminación y pérdida de biodiversidad.

El éxito del proyecto ha llevado a la FAO y sus socios a planear extender dicha iniciativa a otros países africanos, utilizando el enfoque de la ciencia del comportamiento para aumentar la resiliencia de las comunidades frente a la degradación de tierras y los efectos del cambio climático.

La historia y las fotos relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/newsroom/Historia/Ayuda Clima-resiliencia a la vez con unMínimo/es