Entre los datos llamativos cuando estalló el caso de Traición estuvo el hecho de que las autoridades hablaron directamente de un cártel costarricense.
Detrás de las mayores redadas en la historia del país estuvo el objetivo del llamado «Cártel del Sur del Caribe», que según las autoridades ha escalado en relación con los estándares mapeados de las bandas criminales del país.
«Tradicionalmente en Costa Rica hemos tenido estructuras muy locales. Es decir, controlan los barrios, controlan el comercio interno de marihuana y cocaína tradicionalmente -otras drogas ahora-, lo que provoca violencia. Pero básicamente en un ambiente muy local», explica el director interino del OIJ, Michael Soto.
Otro formato identificado son los grupos que utilizan a Costa Rica como puente para sus actividades ilegales, pero sin vínculos locales.
Sin embargo, estos esquemas fueron anulados en el caso del Cartel del Caribe Sur.
Dinero, violencia, logística y geografía conforman el Cartel del Caribe Sur
Identificadas las labores de investigación por el caso Traición a la Patria
Como explica Soto, encajan en esa clasificación:
- Transnacionalidad: Tenían puntos de contacto en los países productores de cocaína del sur del continente, cocaína y marihuana. También tenía puntos de contacto en América del Norte y en varios países europeos.
- Presencia nacional: El Cártel del Caribe Sur tendría influencia tanto en la costa costarricense, tanto en el Pacífico como en el Atlántico.
- Operación local: La pandilla retuvo un control significativo sobre el mercado de consumo interno.
- Altas ganancias: las operaciones de captura, almacenamiento de drogas en el país y llevarlas a los países consumidores, que generaron mucho dinero.
- Actividades ilegales adicionalesAdemás de los presuntos delitos de narcotráfico, se identificaron acciones que iban desde violencia hasta aparente lavado de dinero.
Según Soto, se trataba de una mezcla de «una serie de indicios inequívocos de que estábamos en presencia de una estructura extremadamente fuerte y robusta».
A esto el jefe de policía agrega que la red del Cartel del Caribe Sur también tenía un estilo de vida extravagante. Entre ellos se encontraban casas de lujo, viajes exóticos y vehículos blindados, que también desviaron la mirada de las autoridades.
Soto definió este último factor como «una serie de características que son poco comunes de ver en el ámbito nacional».
Una combinación de presuntos delitos
Las dimensiones de estar frente a un grupo constituido como cartel también implicó impugnaciones para el Ministerio Público en el caso Traición.
El fiscal adjunto, Mauricio Boraschi, explicó que si bien la investigación comenzó con una investigación por presunto tráfico de drogas, se amplió a un ámbito mayor.
Por lo tanto, para abordar el cartel del Caribe Sur también era necesario agregar las oficinas del fiscal de crimen organizado y lavado de dinero. Esto porque a las figuras delictivas del narcomenudeo hubo que sumar otras actividades que iban desde lesiones por falta de pago hasta presuntos movimientos similares a los préstamos “gota a gota”.
También implicó esfuerzos de investigación para completar los pasos. Por ejemplo, ya había habido incautaciones de drogas e intervenciones de sicarios y asesinatos, pero era necesario armar todo el rompecabezas que desembocó en el Caso Traición.
Boraschi celebró los resultados en «tiempo récord», considerando el tamaño del Cartel del Caribe Sur.
Al mismo tiempo, dijo, debido a sus recursos, este tipo de grupo generalmente puede reemplazar rápidamente los chips y reanudar las operaciones. Para ello, el doble desafío fue golpear en todos los frentes posibles y limitar la capacidad económica con la que sostienen gran parte de su existencia.
«Ellos, como estructura, tienen la capacidad de resurgir. De buscar otro grupo o que otros miembros de ese grupo acepten esa posición. La intención aquí era abarcar todo lo que pudiéramos», concluyó Boraschi.
Caso de traición con múltiples antecedentes
El Caso Traición salió a la luz el 4 de noviembre cuando el OIJ intervino el aparente cartel del Caribe Sur, la primera estructura de este tamaño que se instala en Costa Rica.
Con más de 1.200 agentes, 67 allanamientos y 57 personas en la mira, las autoridades calificaron el caso como el mayor operativo judicial de la historia. Hubo intervenciones en Limón, Alajuela, San José y Puntarenas.
Según la Fiscalía Adjunta Especializada en Crimen Organizado (Faedo), los detenidos son sospechosos de diversos delitos.
El Caso Traición dejó 29 detenidos, de los cuales 24 están siendo juzgados por medidas cautelares. Esto puede tardar hasta dos semanas.

