

Estamos inmersos en una Publicidad Experiencia que busca investigar cuán lejos pueden llegar las implicaciones de una administración que ha resultado ser tan drástica como impredecible. En un corto lapso de una semana, Donald Trump decidió establecer imponentes aranceles recíprocos a una variedad de naciones, sin hacer distinciones entre aliados y competidores, abriendo así un nuevo periodo de negociaciones que se presenta lleno de incertidumbres.
Esta declaración inicial proporciona un respiro, aunque temporal, a la economía global que ya estaba sintiendo las repercusiones de decisiones similares. Sin embargo, el caso de China se presenta como un fenómeno distinto, en el cual no hay señales de un alto el fuego. Beijing ha visto como los impuestos aplicados a sus exportaciones hacia Estados Unidos han aumentado considerablemente. Ante esta evolución, surge una pregunta natural: ¿cuáles son los sectores que ahora se encuentran en el centro del conflicto?
Ya hemos analizado el sector tecnológico, donde Apple destaca al enviar miles de dispositivos iPhone desde la India hacia Estados Unidos para mitigar los efectos de los aranceles. Esta estrategia ha comenzado a generar incrementos en los precios en varios mercados. No obstante, hay otro protagonista emergente en esta situación: Boeing.
A pesar de las dificultades enfrentadas en los últimos años, especialmente tras los accidentes del modelo 737 Max, Boeing se mantiene como un emblema industrial muy significativo en Estados Unidos. Como una de las principales potencias en la industria aeroespacial, los aviones producidos por la compañía no solo son esenciales para el transporte a nivel global, sino que también representan el potencial tecnológico y económico de su nación.
Sin embargo, la guerra comercial que se desarrolla está amenazando su competitividad, lo cual podría ofrecer una ventaja significativa a sus principales competidores europeos: Airbus. Para tener una perspectiva más clara del panorama, es fundamental examinar algunas de las tarifas impuestas entre Estados Unidos y China desde que Donald Trump volvió a asumir la presidencia.
Aranceles estadounidenses a los productos de China
Considerando el total de las tarifas mencionadas, alcanzamos un impresionante 145% para las importaciones provenientes de China. Es importante recalcar que, al igual que con otros países como los de la Unión Europea, se han implementado diversas tarifas a lo largo del tiempo. Analicemos esta situación más de cerca.
China – Zölle para productos de los Estados Unidos
- 4 de abril de 2025: Se aplicaron tarifas del 34% como respuesta a los «aranceles mutuos» impuestos por Estados Unidos a los productos estadounidenses.
- 8 de abril de 2025: Se implementaron tarifas del 50% en respuesta a un incremento de los «aranceles mutuos» impuestos por Estados Unidos a todos los productos estadounidenses.
Al sumar ambas tarifas, el total se eleva a un 84% de los aranceles que estaban vigentes en ese momento.
Aduana producirá aviones
Como hemos podido observar, las barreras arancelarias son significativas en ambos lados de la ecuación. Enfocándonos específicamente en la industria de la aviación, los efectos sobre la cadena de suministro pueden ser considerablemente importantes. Aunque la mayor parte de la producción de Boeing se realiza en Estados Unidos, muchos de los componentes y materiales que utilizan tienen origen en proveedores distribuidos alrededor del mundo.
Existen empresas como Aluminio Shandong Nanshan que proveen aluminio a fabricantes aeroespaciales como Spirit Aerosystems, situado en Wichita, quien produce secciones del fuselaje tanto para Airbus como para Boeing, incluyendo más del 70% de la estructura del modelo 737. En este contexto, los aranceles pueden provocar un aumento en el costo del aluminio proveniente de China.
Aunque Boeing y Airbus han comenzado a diversificar sus cadenas de suministro tras el estallido de la Primera Guerra Arancelaria durante el primer mandato de Trump, un reciente análisis realizado por la compañía Leaham, junto con documentación pública constitucional, demuestra que, a pesar de todo, el aluminio chino aún forma parte de la producción de ciertas piezas. Esto abre la puerta a la posibilidad de un incremento en los precios.
El caso de Airbus, un fabricante europeo establecido en Blagnac, Francia, evidencia el grado en que están interconectadas las cadenas de suministro. Spirit Aerosystems no solo colabora con Boeing, sino que también mantiene una relación comercial con su competencia europea. Esta no es la única ilustración; Boeing también importa componentes de alta tecnología fabricados en Sheffield, Gran Bretaña.
Ventaja táctica de Airbus
Desde la perspectiva de la cadena de suministro, el fabricante que depende en mayor medida de materias primas o componentes afectados por los aranceles es, lógicamente, el que más daño sufrirá. Con la información disponible, no resulta sencillo determinar cuál de los dos gigantes tiene una desventaja más significativa. Sin embargo, si tomamos como referencia el caso del aluminio, la ventaja recaerá en quien logre importarlo al mejor precio y con los menores aranceles.
No obstante, el panorama es más intrincado de lo que parece a simple vista. Cambiar de proveedor implica no solo una reconfiguración logística y operativa, sino que el contexto global también es tan inestable que hace complicado tomar decisiones estructurales. Los aranceles no solo afectan a China; otros muchos países también están bajo el peso de impuestos sobre propiedades en un 10%, aunque la Casa Blanca ha otorgado una extensión de 90 días a los aranceles más severos.
¿Dónde radica la supuesta ventaja de Airbus, entonces? De acuerdo con Reuters, el fabricante europeo podría experimentar beneficios en el mercado chino al no verse sometido a el 84% de los aranceles que afectan los aviones estadounidenses. A pesar de que China está dosificando sus propios modelos, como el C919, sigue siendo uno de los mayores compradores de aeronaves a nivel global. Tanto Airbus como Boeing han logrado realizar múltiples entregas en este contexto.
Las aerolíneas chinas podrían inclinarse hacia Airbus si sus aviones resultan ser más asequibles que los de Boeing. A pesar de que el fabricante estadounidense podría intentar contrarrestar algunos efectos reduciendo sus márgenes, los aranceles actuales y la presión para aumentar precios hacen que esta alternativa sea insostenible a largo plazo. Airbus, por su parte, enfrentará el reto de aumentar su capacidad de producción y asegurar los tiempos de entrega adecuados.
Fotos | Fasyah Halim | Sven Piper | Lukas Souza
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