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Bacterias: estrategias para prevenir la enfermedad

El acto de lavarse las manos es una práctica que puede prevenir una amplia gama de enfermedades. No obstante, si esta medida no se aplica de manera regular y adecuada, representa un grave riesgo para la salud pública. Este sencillo gesto, a menudo subestimado, se convierte en una barrera fundamental contra la propagación de gérmenes y patógenos.

Según informes de UNICEF, una pulgada cuadrada de piel puede albergar hasta 1,500 bacterias en ausencia de una limpieza apropiada. Esta alarmante cifra ilustra la densidad de microorganismos que pueden acumularse en nuestras manos debido al contacto con diferentes superficies, personas u objetos a lo largo del día.

Los microorganismos son omnipresentes y se reproducen constantemente, lo que pone de manifiesto la necesidad de practicar una adecuada higiene de manos. Estos despiertos organismos causan enfermedades que pueden convertirse en epidemias si no se controlan.

El Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha advertido que cualquier persona puede entrar en contacto con cientos de superficies potencialmente infectadas a lo largo del día, lo que aumenta considerablemente el riesgo de exposición a bacterias, virus y hongos.

Dentro del contexto del Día Mundial de la Higiene, la Dra. Marcela Hernández, pediatra infectóloga en el Hospital Nacional de Niños, ha resaltado los múltiples beneficios asociados a esta práctica tan simple pero tan poderosa.

«Con una correcta higiene de manos, podemos disminuir el número de infecciones respiratorias y casos de diarrea hasta en un impactante 70%», mencionó Hernández, resaltando la efectividad de esta práctica en la prevención de enfermedades.

Además, la Dra. Hernández enfatiza la relevancia de mantener este hábito, especialmente en un contexto donde muchos microorganismos son cada vez más resistentes a los antimicrobianos, dificultando el tratamiento de infecciones.

(Archivo/el observador).

Impacto en la salud pública

Además de disminuir el riesgo de infecciones en el tracto respiratorio y digestivo, una correcta técnica de lavado de manos y su secado adecuado ayudan a prevenir la propagación de enfermedades serias como:

  • Enfermedad de Chagas
  • Hepatitis E
  • Ébola
  • COVID-19

Adoptar el hábito de lavarse las manos puede literalmente salvar vidas. Asumir esta rutina y reconocer los momentos cruciales para hacerlo puede tener un impacto significativo en la salud tanto individual como colectiva, creando un entorno más seguro para todos.

¿Cuándo se debe hacer el lavado de manos?

La Dra. Hernández afirmó que no existe una frecuencia ideal para lavarse las manos, ya que esto depende de diversos entornos y actividades, pero se recomienda hacerlo al menos diez veces al día.

Además, hizo hincapié en identificar los momentos más esenciales para llevar a cabo esta acción:

  • Antes de preparar la comida
  • Antes de comer o alimentar a otra persona
  • Después de ir al baño o cambiar un pañal
  • Al toser, estornudar o tocarse la cara
  • Después de tocar superficies que puedan estar contaminadas

Para lograr una higiene efectiva, se debe utilizar agua potable, jabón adecuado y toallas limpias para secar las manos. En situaciones donde no se tiene acceso al agua, se aconseja usar soluciones hidroalcohólicas que son igualmente efectivas.

Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y WaterAid están de acuerdo en que el secado correcto de las manos es un paso esencial que a menudo se pasa por alto. Estudios han demostrado que las manos húmedas pueden albergar hasta 1,000 veces más bacterias que las manos secas, lo que incrementa significativamente el riesgo de transferencia de patógenos.