Roma, 12 de mayo (Elmundo.CR) – Ante el inminente riesgo de hambruna, el colapso casi total del sector agrícola y la amenaza de brotes epidémicos en la Franja de Gaza, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hace un llamado urgente para restaurar de inmediato el acceso humano y levantar las restricciones existentes.
Esta advertencia se produce tras la publicación del más reciente análisis de la clasificación integrada de la seguridad alimentaria en las fases (CIF), que revela que toda la población de Gaza, que asciende a aproximadamente 2.1 millones de personas, se encuentra en una situación crítica de hambruna tras 19 meses de conflicto, desplazamientos masivos y severas restricciones en la asistencia humanitaria.
De acuerdo al informe, entre el 1 de abril y el 10 de mayo de 2025, un alarmante 93 por ciento de la población (1.95 millones de personas) fue catalogada por el CIF en la fase 3 o más alta (crisis o peor). Asimismo, 244,000 personas (un 12 por ciento) se encuentran en la fase 5 (desastre), y 925,000 personas (44 por ciento) en la fase 4 (emergencia).
Durante el periodo proyectado entre el 11 de mayo y finales de septiembre de 2025, se anticipa que toda la población de Gaza enfrentará inseguridad alimentaria aguda en fase 3 o superior.
«La comunidad internacional debe actuar de inmediato. Es fundamental restaurar el acceso a suministros humanitarios y comerciales a gran escala. Cada día de retraso agrava la situación del hambre y acerca a la población a una crisis aún más severa», declaró Qué Dongyu, director general de la FAO.
«Si no tomamos acción, fracasaremos en la protección de los derechos humanos relacionados con la alimentación y los marcos legales que los respaldan, socavando uno de los principios fundamentales de la protección civil», agregó.
Restablecer la producción de ganado
La restauración del acceso humanitario inmediato es clave para sostener una producción mínima de alimentos locales, particularmente en el sector ganadero. Si bien la FAO ha distribuido más de 2,100 toneladas de kits de alimentación y servicios veterinarios a más de 4,800 pastores en Gaza, los suministros actuales son insuficientes para satisfacer las crecientes necesidades de la población. La FAO y sus socios tienen más recursos listos para ser enviados tan pronto como se autorice el acceso.
La producción ganadera comercial se ha detenido casi por completo, con la mayoría de las actividades limitándose a la producción doméstica para el autoconsumo. A pesar de la drástica reducción en el número de animales (con una disminución del 36 % en ovejas, 39 % en cabras, 3.8 % en ganado, aviares, y un 1.4 % en cerdos, así como un 79.5 % en animales de trabajo), los pocos ejemplares que quedan son esenciales para la seguridad alimentaria del hogar, ya que representan la única fuente accesible de leche, huevos y carne para muchas familias.
Después de la prohibición de todos los suministros humanitarios y comerciales, se estima que entre el 20 y el 30 % del ganado ha perecido. Proteger a los animales restantes es crucial para evitar pérdidas irreversibles que podrían destruir completamente los medios de vida de los ganaderos.
Sin acceso a la nutrición o atención veterinaria, los pastores no solo pierden una fuente crítica de alimento, sino que también corren el riesgo de que los animales se conviertan en vectores de enfermedades, aumentando así el riesgo para la salud pública, especialmente para aquellos que cohabitan con ellos. El acceso inmediato es esencial para evitar pérdidas adicionales, mantener la nutrición básica y proteger la salud pública.
Agricultura, a punto de colapsar
Antes de octubre de 2023, aproximadamente el 42 % de las tierras en Gaza (más de 15,000 hectáreas) estaban dedicadas a cultivos, huertos y pastos. Sin embargo, una evaluación geoespacial realizada por la FAO y otras organizaciones entre octubre y diciembre de 2024 indica que el 75 % de los cultivos y olivos han sido dañados o destruidos.
Además, a comienzos de 2025, más de dos tercios de los pozos agrícolas en Gaza (un total de 1,531) que son vitales para el riego, han dejado de funcionar, lo que agrava aún más la crisis del riego y la agricultura en la región.
Se está llevando a cabo un nuevo informe de la FAO y OAT, y las primeras indicaciones sugieren una reducción adicional en la tierra agrícola usable, dejando cada vez menos espacio para la preservación o recuperación de la producción alimentaria local.