Ciencia y tecnología

Actualmente, hay miles y miles de toneladas de aceite de oliva en los Estados Unidos.

El sector agrícola español, en su estado actual, puede describirse con una sola palabra: caos. Mientras que numerosas empresas dedicadas a la producción de vino y aceite de oliva están a la espera de una resolución respecto a las restricciones arancelarias impuestas por los Estados Unidos, la situación se vuelve cada vez más complicada. Muchas de estas empresas se enfrentan a escenarios inciertos donde deben anticiparse a ventas que pueden extenderse por hasta seis meses, como se menciona en analistas del sector que destacan las previsiones de ventas hacia el país norteamericano. Esta situación ha llevado a otras empresas a cancelar pedidos masivos, lo que provoca una disminución en los ingresos y el temor de una inminente recesión que ya se percibe en el horizonte. Este fenómeno llama a la reflexión sobre qué sentido tiene amplificar las preocupaciones ante el contexto del primer año tras la última gran crisis económica.

Frente a las tarifas. Según lo explicado por Rafael Pico, el director de la Asociación Española de la Industria de Exportaciones de Aceites de Oliva, durante los primeros meses del año, especialmente entre enero y marzo, numerosas empresas del sector han tratado de aumentar sus exportaciones hacia los Estados Unidos. Solo en enero, se reportó un incremento de 5,000 toneladas en comparación con el año anterior, y se anticipan cifras similares, o incluso más altas, para febrero y marzo.

Seis meses. Esto implica que, según los cálculos de los productores, se están acumulando seis meses de consumo para enfrentar la variables del mercado, actuando así como una “alfombra de seguridad” en medio de las negociaciones en curso entre Europa y Estados Unidos. Esta misma estrategia se aplica al sector del vino, aunque para otros productos más perecederos, como el jamón o las salchichas, la situación es diferente. El sector del aceite de oliva se ve menos amenazado por alternativas, ya que actualmente no existe un sustituto viable.

¿No hay reemplazo? Aunque hay países como Marruecos, Turquía, Australia, Argentina y Chile que se beneficiarían de estos aranceles debido a que sus tarifas son más bajas que las de los productores europeos, la realidad es que ninguna de estas naciones puede suplir la demanda de aceite que tiene el mercado norteamericano. Actualmente, el 80% del aceite de oliva utilizado en los Estados Unidos proviene de Europa, y como se ha expuesto, solo una pequeña cantidad proviene de otros países.

La producción local en esos países es limitada, rondando las 6,000 toneladas anuales, frente a las 350,000 toneladas que se producen en España. Claramente, no existe posibilidad de satisfacer la demanda norteamericana con estos volúmenes tan bajos.

También venimos de precios muy altos. Un factor que, aun siendo inesperado, podría jugar a favor del aceite español. En el pasado año, los precios del aceite alcanzaron los 9 euros por litro, y actualmente han bajado a aproximadamente 3.5 euros. En este contexto, la industria española busca contener la caída en el precio final para los consumidores, intentando mitigar los efectos adversos de los aranceles. De hecho, existe la posibilidad de que, con los nuevos aranceles, los precios finales sean incluso más bajos que en campañas anteriores.

Eres una buena noticia, ¿verdad? No hay que ser tan optimista. Se espera que las ventas continúen, pero hay un nuevo competidor en el mercado que, debido a los altos aranceles en su país, está redirigiendo su producción a Europa: Túnez. Aunque a nivel nacional solo se trata de unas 56,000 toneladas al año, una entrada indiscriminada de su producto en este momento podría poner en jaque la rentabilidad de muchas empresas de secado…

El problema de fondo. La Guerra Arancelaria está distorsionando todo el mercado. Esta situación complica las posibilidades de revitalización del sector. Es necesario recordar que hemos enfrentado años muy difíciles y la mayoría de los productores se encuentran centrados en la supervivencia.

La incertidumbre, exacerbada por este conflicto comercial, dificulta la toma de decisiones a futuro. No obstante, es vital que se inicien esos procesos de toma de decisiones.

Imagen | Dimitri Karastelev

En | Las hojas de oliva han sido utilizadas durante siglos en la alimentación animal. Sin embargo, algunas iniciativas en Granada buscan innovar y revolucionar su aplicación en la dieta humana.