La guerra arancelaria entre Estados Unidos y China ha creado un entorno de tensión, pero esto no ha llevado a las autoridades chinas a tomar decisiones apresuradas. Por el contrario, bajo el liderazgo de Xi Jinping, la nación asiática continúa enfocándose en planes a largo plazo que son esenciales para su futuro energético. Uno de los aspectos más destacados de esta estrategia es el desarrollo del aceite silencioso del petróleo. En esta competitiva carrera hacia la autoesuficiencia energética, el sector de la energía nuclear se ha convertido en un área clave en la que China está invirtiendo de manera significativa.
Corto. Recientemente, China aprobó la construcción de 10 nuevos reactores nucleares, con una inversión masiva que supera los 200 mil millones de yuanes, equivalentes a aproximadamente 26 mil millones de euros. Después de papel. Este avance marca el cuarto año consecutivo en el que China se destaca en la implementación de grandes iniciativas en el ámbito nuclear, subrayando su compromiso con la expansión de su capacidad energética.
Impulso renovado. La ambición de China en el ámbito nuclear no es un esfuerzo aislado, ya que involucra a tres poderosas compañías estatales: China General Nuclear Power Corp. (CGN), China National Nuclear Corp. (CNNC) y State Power Investment Corp. Según China Daily, las autoridades han intensificado las medidas de control para asegurarse de que cada nuevo reactor cumpla con los estándares de seguridad establecidos por la Agencia Internacional de Energía Nuclear (OIEA). Este enfoque prudente refleja la seriedad con la que el país aborda sus proyectos nucleares y su intención de mantener la confianza pública y global.
Inversión estatal. Detrás de esta ambición se encuentra un robusto aparato estatal que facilita el acceso a préstamos con tasas de interés favorable, lo que resulta fundamental para el apoyo financiero de proyectos nucleares. Este fenómeno es un indicativo de la manera en que las políticas gubernamentales pueden impulsar sectores estratégicos, como se señala en este artículo. La utilización de recursos públicos para fomentar el crecimiento de la infraestructura nuclear es un testimonio del compromiso de China con su visión energética futura.
Futuro. Según las proyecciones de Bloomberg, se espera que la capacidad atómica operativa de China alcance los 110 millones de kilovatios para el año 2030, superando a cualquier otra nación en el mundo. Manteniendo este ritmo de expansión, el país podría alcanzar una capacidad cercana a los 200 gigavatios para 2040, lo que representaría alrededor del 10% de su generación total de energía. Este crecimiento significativo también refleja un cambio en el enfoque sobre las fuentes de energía más limpias y sostenibles que se está llevando a cabo a nivel global.
La expansión. El avance en la energía nuclear de China es un elemento estratégico en su búsqueda para posicionarse como un líder global en la adopción de fuentes de energía limpias. En este contexto, el país no solo se posiciona para ser un exportador de tecnología nuclear avanzada, incluido el reactor de diseño Hualong One, sino que también aspira a ser una referencia en la nueva orden energética mundial. La combinación de capacidad industrial, financiamiento estatal y diplomacia energética se entrelaza para desafiar la hegemonía de las naciones occidentales en este ámbito.
Imagen | Ciencia de Shubert y pexels
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