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¿Amenaza al tesoro nacional? Ecologistas buscan prohibir el queso comt.

La controversia sigue generando intensos debates en Francia, luego de que un activista ambiental ha lanzado un llamado alrededor del queso Comté, que es uno de los quesos más típicos y apreciados del país galo, para instar a un boicot basado en preocupaciones ambientales. Esta acusación ha provocado un aluvión de reacciones, reflejando la complejidad del dilema entre disfrutar de un producto tradicional y actuar en pro del medio ambiente.

“¿Si el queso Comté es tan perjudicial para el medio ambiente y causa tanto sufrimiento a los animales, vale realmente la pena el placer de disfrutar de una porción de este queso?” Con estas palabras, Pierre Rigaux, el activista detrás de la controversia, planteó un interrogante provocador en una emisión de Francia Inter, una de las estaciones de radio más escuchadas en el país. Este comentario generó un torbellino de opiniones en un país que, aunque se preocupa por cuestiones ambientales, tiene sus propias limitaciones y reservas.

El queso en cuestión, el Comté, ostenta la distinción de ser el queso francés con denominación de origen protegida más consumido, con unas 70,000 toneladas vendidas anualmente. Este tipo de queso tiene una gran tradición en la gastronomía francesa y forma parte integral de la cultura culinaria de Francia.

¿Cuál es el problema?

La leche utilizada en la elaboración del Comté proviene de las vacas de la raza Montbéliarde, que se crían en la fértil región del Jura. Según Rigaux, un estudio reciente ha puesto de manifiesto que los desechos de estas vacas contribuyen a la contaminación del suelo a través del exceso de nitrógeno y fósforo, que se infiltran en el medio ambiente. Además, los plaguicidas y otros contaminantes asociados con la producción agrícola contaminan rápidamente ríos y arroyos cercanos. Tras un periodo de producción intensiva, las vacas suelen ser enviadas al matadero, y su carne es vendida, lo que levanta más críticas sobre la explotación de estos animales”, explicó Rigaux.

En resumen, la situación refleja un problema de ríos y suelos contaminados y habla sobre la explotación de las vacas, una crítica que la industria láctea francesa ha enfrentado durante años.

«Con el Comté, no»

Los argumentos de Rigaux han sido un foco de atención en los medios de comunicación franceses, que han reaccionado con furia al debate, afirmando que los ambientalistas están llevando la situación demasiado lejos. La misma prefectura del Jura ha respondido a la controversia defendiendo esta herencia gastronómica del país:

El queso Comté significa sabor, tradición, riqueza de calcio y proteínas… y sin sentimientos de culpa.

Conozcamos cómo hacer de la agricultura una industria ejemplar, evitando el riesgo de perder nuestras tradiciones.

¿Prohibirlo? Es como intentar prohibir las puestas de sol. Seamos razonables.

#Notequenal

El ensayista Maxime Ledo, consultado por el canal francés TF1, también abordó el asunto, sugiriendo que el problema radica en una visión de prohibición total de ciertos productos, en lugar de buscar soluciones equilibradas.

¿Qué hacemos? ¿Dejamos de comer queso?

Según Rigaux, su propuesta de un cambio en los hábitos alimenticios puede ser considerada impopular: sí, advierte que quizás debamos reconsiderar el consumo de queso. “Es importante recordarte que el queso causa sufrimiento a los animales de la misma manera que la carne”, comentó. Sin embargo, aquellos que están en desacuerdo argumentan que no es necesario llegar a soluciones extremas, y que se pueden encontrar alternativas que concilien la producción responsable con el disfrute de la gastronomía.