El gobierno de Costa Rica ha destacado uno de sus principales logros como la notable reducción en la incidencia de delitos asociados al asalto, robos y el robo a viviendas durante el año 2023 hasta la actualidad. Este logro es fundamental para la percepción de seguridad en la población.
El ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, se ha encargado de enfatizar que, al comparar los datos de los períodos que van del 1 de enero al 19 de abril de los años 2023 y 2025, se observa una disminución de 1.128 delitos relacionados con el robo en el país. Esta estadística no solo resalta la efectividad de las políticas implementadas, sino que también refleja un trabajo constante y enfocado en la seguridad de los ciudadanos.
Para ilustrar este avance, Zamora proporcionó ejemplos claros: en el año 2023, se registraron 4.874 casos acumulados de robo, cifra que se redujo a 4.600 en 2024 y que se proyecta que caiga aún más a 3.559 para el 2025. Este fenómeno representa una disminución porcentual de casi el 25%, una cifra significativa en términos de seguridad pública.
En cuanto al total de robos, el año 2023 registró un total de 15.935 eventos delictivos, con un descenso a 14.635 en el año anterior. En términos de asaltos, se reportaron 3.222 asaltos entre el 1 de enero y el 19 de abril de 2023, cifra que también se redujo a 2.789 en el mismo período del año siguiente, alcanzando 2.218 en lo que va de este año.
En resumen, durante el año 2023, se produjeron aproximadamente 10.300 asaltos, pero esta cifra cayó a 9.198 en 2024, según los datos difundidos por el Ministerio de Seguridad Pública. «Es un trabajo realizado en la calle. Aquí es donde uno mide el trabajo efectivo del poder público, que se mantiene activo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para reducir la comisión de estos delitos», explicó Zamora, subrayando la importancia del trabajo policial sobre el terreno.
En lo que se refiere a los robos, se registraron 1.705 entre el 1 de enero y el 19 de abril de 2023. Este número descendió a 1.335 en 2024 y, sorprendentemente, a 1.036 en el presente año, lo que denota un avance en la seguridad y la protección de los hogares costarricenses. «Esto implica una mejora en el propósito del poder público enfocado en conservar nuestros vecindarios y la seguridad de los costarricenses», añadió el ministro.
¿Dónde están?
Con estas alentadoras estadísticas que reflejan una disminución de delitos, surge una pregunta importante: ¿dónde se encuentran aquellos individuos que han estado involucrados en la comisión de estos crímenes?
Según el ministro Zamora, muchos de ellos están siendo perseguidos y, en su mayoría, se encuentran tras las rejas, contribuyendo así a la reducción de la criminalidad en el país.
El ministro desestimó cualquier alegación de que estos delincuentes se han trasladado a actividades como el tráfico de drogas o el robo de vehículos, aunque reconoció que este último delito ha aumentado, como indica la información presentada por el titular de la seguridad pública.
Entre el 1 de enero y el 19 de abril de 2023, se registraron 1.206 casos de robo de vehículos, cifra que se incrementó a 1.434 en 2024 y que se situó en 1.362 en el presente año. «Tenemos una gran preocupación por los grupos de atacantes, ya que hemos recibido informes al OIJ sobre personas que están siendo retenidas y robadas de sus vehículos, lo que genera un impacto psicológico significativo en las víctimas, especialmente en áreas como Alajuela y Atenas», aseguró Zamora, haciendo eco de la creciente inquietud en la ciudadanía.
Estos vehículos y motocicletas son a menudo utilizados en la comisión de otros crímenes, circunstancia que agrava la situación de seguridad en el país, convirtiendo los robos en un elemento más complejo de esta problemática.
Gerardo Castaing, un ex jefe de la Agencia de Investigación Judicial (OIJ) y criminólogo, no descarta la posibilidad planteada por Zamora sobre la existencia de personas tras las rejas. Castaing destacó el trabajo minucioso realizado por los investigadores de la OIJ en la recolección de pruebas y la captura de los delincuentes, facilitando así la labor de la fiscalía en la acusación correspondiente.
El criminólogo también subrayó que la reducción de la criminalidad podría estar relacionada con el incremento en la seguridad del hogar y las tiendas, especialmente con la instalación de cámaras de vigilancia. Esto ha desalentado a muchos delincuentes, dado que se registran sus acciones y sus rostros, haciendo su captura mucho más sencilla.
El ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, declaró que los delincuentes están en la cárcel. (Alonso Solano/The Observer).
En el narco
No obstante, el ministro no se atreve a negar que algunos delincuentes podrían estar inclinándose hacia el tráfico de drogas, pues es evidente que este tipo de actividades criminales puede resultar mucho más lucrativa en comparación con delitos como el robo.
Un criminólogo sugirió que, con el tiempo, los delincuentes podrían optar por utilizar la astucia más que la fuerza física, lo que se ha vuelto evidente por la presencia de organizaciones criminales bien establecidas. «Las organizaciones criminales están compuestas por ladrones, asaltantes y otros que buscan delinquir en sus vecindarios. La realidad es que se trata de una actividad que se ha vuelto custodiada y compleja, pero al mismo tiempo puede ser significativamente más rentable», analizó Castaing.
Por lo tanto, Castaing considera que esta tendencia podría relacionarse también con el aumento alarmante de muertes por homicidios involuntarios, que a menudo se produjeron por conflictos menores. Según datos de la OIJ, hasta el 8 de mayo, se reportaron un total de 310 muertes por esta causa desde el inicio de 2025.
Respecto al incremento en los robos de vehículos, Castaing señala que este aumento está vinculado a la complejidad del crimen organizado, ya que se descubren estructuras más sofisticadas detrás de las actividades delictivas.
Robo de combustible
Además, Castaing advierte que otro de los delitos que estos individuos podrían estar cometiendo es el robo de combustibles, en el cual se venden en el mercado negro. Este panorama es alarmante, sobre todo cuando se analizan las estadísticas de la refinería de petróleo costarricense (Recopi), que muestran que en 2023 166 intervenciones por combustible ilegal; ese número se redujo a 157 en 2024, mientras que en lo que va de 2025 se han registrado 28 hasta el 9 de mayo.
En relación a las detenciones, 106 personas fueron arrestadas en 2024 por este delito, mientras que este año ese número se sitúa en 27 detenidos hasta ahora. La cantidad de combustible robado del poliducto alcanzó los 6.4 millones de litros en 2023, disminuyendo a 4.5 millones en 2024, mientras que hasta el 5 de mayo de este año se han robado 1.5 millones de litros.
Las consecuencias penales por robo de combustible oscilan entre 5 y 15 años de prisión, mientras que la pena por importaciones ilegales se encuentra entre 1 y 4 años de cárcel. Esto demuestra que aunque las cifras de algunos delitos presentan una tendencia a la baja, otros índices criminales siguen en ascenso, lo cual es motivo de preocupación para las autoridades y la sociedad costarricense en su conjunto.