Berlín, 2 de mayo (DPA) . La Agencia Alemana de Inteligencia Interna ha tomado una decisión significativa al clasificar al Partido Alternativo para Alemania (AFD) como una organización de «aliento derecho». Esta categorización ha sido oficializada con la intención de subrayar que el partido representa una amenaza para la dignidad humana y, por ende, para la estabilidad de la democracia en el país.
La nueva clasificación otorgada a la AFD permite a la agencia ejercer un control más riguroso sobre sus actividades. Este movimiento es el resultado de una revisión exhaustiva que se ha documentado en un informe interno de 1100 páginas, lo que refuerza la seriedad de las preocupaciones planteadas.
Este anuncio llega en un momento crucial, justo pocos días antes de que un nuevo gobierno, conformado por conservadores y socialdemócratas, asuma el poder en Alemania, bajo la dirección del futuro líder Friedrich Merz.
La Oficina Federal de Protección de la Constitución (BFV), la agencia responsable de la supervisión de tales organizaciones, ha indicado que sus investigaciones confirmaron las sospechas de que el Partido Antiinmigración, fundado en 2013, está operando en contra de los principios de la Orden Democrática Liberal. La BFV señala que la ideología predominante del partido, que se basa en conceptos de origen étnico y linaje, es claramente incompatible con estas normas democráticas.
La agencia ha destacado que la AFD tiene una visión particular que considera que los ciudadanos alemanes con antecedentes migratorios de países con tradiciones musulmanas no son equivalentes a aquellos que el partido define como parte del pueblo alemán étnicamente. Esta afirmación refleja una postura discriminatoria que tiene graves implicaciones para la cohesión social.
El informe detalla además cómo el partido ha estado utilizando un lenguaje especialmente provocador y hostil hacia los refugiados y migrantes. Se han documentado comunicaciones internas y discursos de políticos del AFD en los que se utilizan frases como «deportación, crea un espacio importante!» y «todos los extranjeros en este país son otro», lo que refuerza la percepción de que el partido está alimentando un ambiente de xenofobia.
Por su parte, tres divisiones regionales del partido, ubicadas en los estados orientales de Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt, ya han sido reconocidas formalmente como organizaciones de derechas, corroborando aún más la naturaleza extrema del AFD.
A pesar de que el partido ha logrado un notable ascenso en las encuestas y se mantuvo en segundo lugar en las últimas elecciones generales de febrero, su estatus como «sospechoso» de extremismo ante la agencia había generado controversia. Los intentos del partido por impugnar esta categorización a través de acciones legales no han tenido éxito, ya que los tribunales confirmaron la designación en mayo de 2024, lo que permite a la BFV supervisar al partido y utilizar métodos como informantes y vigilancia.
En una reacción a la decisión, el vicepresidente de la AFD, Stephan Brandner, descalificó la determinación de la agencia, afirmando que se trata de una «tontería» carente de fundamento legal y justificada únicamente por motivaciones políticas en una pelea partidaria. Brandner ha indicado que el partido evaluará si tomará acciones legales en respuesta a esta clasificación.
La ministra de Asuntos Interior salientes, Nancy Faeser, defendió la independencia y la objetividad de la BFV, afirmando que la decisión no estuvo influenciada por presiones políticas y que la agencia tiene un mandato claro para combatir el extremismo y proteger la democracia. Este último punto es de particular relevancia, ya que la supervisión de la BFV se orienta no solo a investigar actividades terroristas sino también a identificar grupos que puedan amenazar el orden democrático basado en principios de dignidad humana, democracia y estado de derecho.
No obstante, la supervisión que ejerce la BFV no debe confundirse con la prohibición de partidos políticos, ya que tal medida solo puede ser solicitada por el Parlamento o el Gobierno ante el Tribunal Constitucional. Aun así, la nueva clasificación ha reabierto el debate acerca de cómo tratar la creciente influencia del AFD, especialmente con la inminente nueva legislatura.
Miembros prominentes del Partido Verde y del Partido Socialdemócrata (SPD) han comenzado a insinuar que esta nueva categorización puede allanar el camino hacia un posible intento de prohibir al AFD. Legisladores como Constantin von Notz e Irene Mihalic han calificado esta decisión como un «paso importante» hacia una eventual prohibición, destacando la creciente radicalización del partido a lo largo de los años.
El vice delSPD, Serpil Midyatli, también ha elogiado la acción, mencionando que ahora se cuenta con la documentación que respalda lo que ya era un conocimiento común: la necesidad de prohibir al partido. Sin embargo, el canciller alemán saliente Olaf Scholz ha instado a la cautela, sugiriendo que las decisiones apresuradas no son la solución y que cada paso debe ser considerado cuidadosamente.
Desde su fundación en 2013 como respuesta a las crisis financieras en la eurozona, la AFD ha experimentado una transformación radical, abrazando las posturas más extremas y nacionalistas, lo que ha llevado a la salida de muchos de sus miembros originales. Su apoyo se ha visto notablemente incrementado durante la crisis migratoria de 2015, cuando una ola masiva de refugiados llegó a Alemania. En las elecciones federales de 2017, la AFD se consolidó como el tercer partido más votado en el parlamento, logrando un 12.6% de los votos. Sin embargo, en 2021 su porcentaje decreció a un 10.4%.
Recientemente, el partido ha visto un resurgimiento, obteniendo en las elecciones parlamentarias de este año un apoyo significativo del 20.8%, posicionándose como la segunda fuerza política del país, en parte gracias al respaldo del multimillonario tecnológico Elon Musk. A pesar de su éxito a nivel nacional, su base de apoyo sigue siendo más fuerte en el este de Alemania, lo que suscribe una dinámica política interesante a seguir en el futuro.