


España ha vivido un acontecimiento sin precedentes en su historia reciente: una interrupción masiva de energía que impactó la totalidad de la península ibérica, incluyendo a Portugal. Este apagón no solo afectó el suministro eléctrico, sino que también provocó el colapso de la red de comunicación móvil, que se vio saturada. Como consecuencia, se dificultó gravemente el desarrollo normal de la jornada laboral, llevando a muchas empresas a cerrar sus puertas temporalmente.
El apagón que ha sufrido España es un fenómeno extremadamente raro, pero la teletrabajo y, sobre todo, el modelo de trabajo distribuido han aliviado considerablemente la situación de aquellas compañías que no operan con una estructura de empleados ubicada únicamente en una ciudad, país, o incluso en un solo continente.
Mientras que muchas empresas Se vieron obligados a cerrar debido a la falta de electricidad o la imposibilidad de acceder a Internet, aquellas que contaban con empleados remotos distribuidos por todo el mundo demostraron su resiliencia frente a la crisis local que dejó a España sumida en la oscuridad. Tuvimos la oportunidad de dialogar con dos compañías que pudieron mantener sus operaciones en España gracias a la configuración de trabajo remoto distribuido en varios países.
Trabajo distribuido y plantillas globales de apagón
Uno de los aprendizajes más valiosos de la distribución del teletrabajo tras la pandemia de 2020 es que el talento es ilimitado. Gracias a la tecnología, un profesional ubicado en Bali puede trabajar sin inconvenientes para una empresa española desde la distancia.
Compañías nativas digitales como EventBrite, una plataforma especializada en la venta de boletos y eventos, decidieron reorganizar su estructura en un modelo descentralizado. Esto fue un cambio significativo que surgió tras la pandemia, donde se optó por pequeños equipos distribuidos globalmente, principalmente en Estados Unidos, India y España.
Jaime Vallori, el vicepresidente de Eventbrite Engineering, aseguró que gracias a esta estructura descentralizada, Eventbrite pudo seguir operando durante el tiempo que duró el apagón. “Nos organizamos en equipos responsables de mantener las páginas de eventos específicas. El lunes, los equipos de España no solo no podían llevar a cabo el mantenimiento de los eventos, sino que también les era imposible saber si había algún problema porque no podían acceder a internet”, comentó Vallori.
Durante esta crisis, el resto de los equipos situados fuera de España asumieron la responsabilidad de sus colegas. «Activamos un protocolo para que los equipos en Estados Unidos e India, que cubren las áreas desde España, fueran monitoreados de manera proactiva”, explicó el gerente de ingeniería de Eventbrite en España.
Vallori enfatizó que la plataforma tiene un protocolo de alerta de incidentes que automáticamente se eleva a diferentes dispositivos si no se recibe respuesta dentro de un tiempo determinado.
«Dado que estamos distribuidos geográficamente, este protocolo involucra a personas de diferentes partes del mundo para asegurar que la comunicación fluya sin problemas. Aunque no habíamos previsto activar esta investigación de eventos locales, al final, había alguien que podía gestionar la situación a través de las escaladas y así solucionarlo”, añadió Vallori.
«Nuestro servicio al cliente también está distribuido entre Estados Unidos y otros países», dice Vallori. Si un cliente necesitaba atención en España, este podría haberse coordinado, ya que el servicio continuó activo a pesar de que el equipo de desarrollo estaba inoperante en el país.
Blablacar continuó moviendo en la oscuridad
Víctor Méndez, vicepresidente de Blablacar Engineering, ha compartido que su empresa opera bajo un modelo remoto distribuido en varios países. La resiliencia que han logrado construir en relación con eventos como el apagón vivido en España es significativa.
Florente Bannwarth, líder de Blablacar, recordó lo crucial que fue mantener separada toda su infraestructura del equipo. «Hubo tiempo indeterminado donde no pudimos utilizar la plataforma, y no teníamos claridad sobre cuándo se recuperaría el servicio. Fue necesario alertar a Francia y a otros países sobre la situación en España para que pudieran organizarse y brindar apoyo”, rememoró Bannwarth.
Además de su servicio de coches compartidos, Blablacar gestiona un servicio internacional de autobuses. De esta manera, el soporte del equipo español fue fundamental para garantizar que los autobuses procedentes de distintas partes del país operaran adecuadamente. Si no hubiera sido por esto, este servicio podría haber quedado inactivo, especialmente en un momento donde ni los trenes ni los aviones podían operar de forma normal.
«El servicio siguió funcionando sin contratiempos y experimentó un aumento significativo de actividad, especialmente en la ruta entre Barcelona y las ciudades del sur de Francia, como Perpiñán y Toulouse. El autobús se convirtió en la opción más utilizada» afirmó el jefe del equipo de Blablacar en España.
Por otro lado, el modelo distribuido que ha establecido Blablacar ha permitido mantener la plataforma operativa en España para evitar cualquier incidencia tan pronto como se restauró el servicio, evitando retrasos similares a los que se presentaron en el sector ferroviario. “El martes siguiente fue uno de los días con mayores reservas en Blablacar en España en más de 15 años”, ya que quienes habían quedado varados debido al apagón se vieron forzados a desplazarse urgentemente.
«Otra ventaja que tuvimos fue que el equipo de servicio al cliente que maneja el español trabaja desde Francia y otros países, lo que facilitó la atención continua durante la crisis.
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Imagen | Sin obstáculos (Dmitry grachyov))