


A lo largo de la Guerra Fría, la Unión Soviética se dedicó a la construcción de una extensa gama de bases y bunkers subterráneos, diseñando estructuras con una resistencia excepcional, capaces de soportar ataques nucleares. Este legado de preparación y anticipación ante conflictos militares se extiende a Alemania, donde numerosos vestigios de esta era se pueden encontrar. Por su parte, en China, desde la década de 1980, un grupo ha estado comprometido con la creación de refugios para animales que han sido diseñados para resistir incluso las mejores bombas occidentales. Este esfuerzo culmina en la construcción del búnker militar más grande que se haya realizado en el mundo.
Un pentágono de vitamina. En un informe de The Financial Times, se revelaron detalles a través de imágenes satelitales sobre un complejo militar monumental en las afueras occidentales de Beijing, que, según la inteligencia estadounidense, es un centro de comando de guerra diseñado para proporcionar al alto mando del Ejército de Liberación Popular (EPL) un refugio seguro durante un conflicto, incluyendo la eventualidad de una guerra nuclear.
Este sitio, informalmente conocido como «Ciudad militar de Beijing», abarca aproximadamente 1,500 hectáreas, lo que equivale a diez veces el tamaño del Pentágono y se encuentra a unos 30 kilómetros del centro de la capital. Las imágenes satelitales analizadas por diversas agencias de Estados Unidos muestran indicios de excavaciones intensas y actividades de construcción que sugieren la creación de una red de instalaciones subterráneas, muy reforzadas y conectadas por túneles, que son capaces de resistir un ataque con armas nucleares.
Los planes de Xi Jinping. El inicio de las obras fue reconocido en mediados de 2024, en preparación para el centenario del EPL en 2027, según las órdenes del presidente Xi Jinping, quien ha solicitado que las fuerzas armadas desarrollen capacidades adecuadas para tomar Taiwán.
El renovamiento del arsenal nuclear y la mejora de la integración entre las distintas ramas del EPL, junto con el impulso de nuevos sistemas de armas, son partes fundamentales de esta estrategia de modernización. Expertos como Dennis Wilder, analista en la CIA, han interpretado este nuevo búnker como un indicativo claro de las intenciones chinas, que buscan no solo consolidar un poder convencional, sino también reforzar su capacidad para librar una guerra nuclear.
Búnker de colos, secretismo absoluto. Según informes de The Financial Times, en el lugar funcionan más de 100 grúas simultáneamente en una extensión de cinco kilómetros cuadrados. De acuerdo con Renny Babiarz, ex analista de imágenes, la infraestructura incluye instalaciones subterráneas interconectadas con pasajes ocultos, y este desarrollo se encuentra completamente ausente de actividades relacionadas con proyectos inmobiliarios de uso civil, como espacios públicos o menciones en Internet.
De hecho, aunque no se ve una presencia militar, hay numerosos indicios que apuntan a medidas de seguridad estrictas, como prohibiciones de uso de drones o fotografía, controles de acceso restringidos y vigilancia reforzada en las áreas turísticas cercanas, que han sido catalogadas por los residentes como «zonas militares».
Eco de la Guerra Fría. Como se mencionó al inicio, las características de esta ubicación evocan los cimientos subterráneos de las instalaciones soviéticas de la Guerra Fría y muestran la influencia de ingenieros como Qian Qihu, un pionero en el desarrollo de estructuras anti-nucleares, que recibió su formación en la antigua Academia de Tecnología Militar de Kuybyshev, en la URSS. Reportes de Asia Times mencionan que Qian y su equipo han trabajado en la creación de refugios que pueden soportar explosiones masivas desde al menos los años 80, capaces de resistir bombas como el estadounidense GBU-57A/B, que tiene la capacidad de penetrar hasta 200 metros.
Ambición estratégica. Los funcionarios estadounidenses han indicado que esta nueva instalación reemplazará el centro actual de comando EPL ubicado en la Colina Occidental, que fue construido durante la Guerra Fría, ahora quedando obsoleto según los estándares de seguridad actuales.
La nueva instalación no solo incrementará la protección del comando contra las armas modernas de penetración estadounidense, sino que también permitirá a las fuerzas chinas integrar mejor sus capacidades de comunicación y espacio para el desarrollo de futuras habilidades militares. Esto revela que las dimensiones de este complejo y sus características de localización sugieren un objetivo específico: establecer un centro operacional principal para la logística estratégica de China en el contexto bélico.
Símbolo de poder. Investigadores y analistas concuerdan en que este proyecto refleja todas las características típicas que identifican una instalación militar de alta sensibilidad, tales como el uso extensivo de concreto reforzado y una vasta red de túneles subterráneos. En esta línea, un investigador chino ha comentado cómo la magnitud de este nuevo centro convierte al Pentágono en «pequeño» en comparación con las ambiciones de Xi Jinping por superar a Estados Unidos en términos de capacidad estratégica.
Por si esto fuera poco, la construcción de este nuevo complejo coincide con un proceso de transformación urbana que está teniendo lugar en los alrededores de Beijing, en donde se han demolido viviendas en zonas como Qinglonghu, lo que ha generado especulaciones acerca del tipo de proyecto en las redes sociales chinas.
Precedente China ya cuenta con instalaciones militares subterráneas, como el centro de comandos en Xishan, al suroeste de Beijing, que se sitúa a 100 metros de profundidad y desde donde han sido dirigidas maniobras del EPL desde 2013. Asimismo, en 2018, investigadores identificaron una cueva karst en el parque forestal de Xishan, que se estima tiene 2,000 metros de profundidad y cuenta con su propia fuente de agua, lo que presenta un potencial considerable para establecer ahí un búnker nuclear.
Esta cueva ha sido comparada en detalle con la conocida Krubera, en Georgia, evidenciando que el EPL está considerando el uso de lugares naturales para futuras instalaciones estratégicas, además del imponente trabajo de construcción actualmente en marcha.
Antecedentes: Taiwán. La isla de Taiwán tampoco puede ser ignorada en todo este contexto. Fuentes cercanas al Ministerio de Defensa de Taiwán han señalado a The Financial Times que el EPL está construyendo un nuevo centro de comando, aunque algunos expertos han puesto en duda la idoneidad del terreno para alojar bunkers subterráneos. A la luz del tamaño de la nueva instalación, se especula que podría albergar una infraestructura administrativa avanzada o incluso una gran base de entrenamiento.
Hsu Yen-chi, un analista de estudios de guerra en Taipéi, ha destacado que las dimensiones del complejo exceden ampliamente las de una base militar convencional, aumentando así las especulaciones sobre un propósito estratégico mucho más ambicioso.
Silencio oficial. A pesar de la claridad que ofrecen las imágenes, el proyecto se presenta como una construcción faraónica en tiempos de conflictos. Hasta ahora, ni la oficina del Servicio Secreto Nacional de los Estados Unidos ni la Embajada de China en Washington han emitido comentarios sobre el asunto ante el Financial Times. Mientras tanto, Washington sigue de cerca el avance de las obras, mientras que Beijing se aferra a su postura de un compromiso con una política defensiva y un desarrollo pacífico.
Sin embargo, la magnitud, el secretismo y las características técnicas del nuevo complejo refuerzan la percepción de que el país está sentando las bases físicas y logísticas para una posible confrontación directa en el futuro.
Y no olvides: ¡esto es diez veces el tamaño del Pentágono!
Imagen | Planet Labs
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