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Establecen un laboratorio en Costa Rica con el objetivo de proteger a un millón de abejas.

En esta semana, se ha dado un paso significativo hacia la conservación de las abejas y un impulso a la agricultura en Costa Rica con el lanzamiento del proyecto ‘Bee Lab’. Esta innovadora iniciativa de apicultura tiene como objetivo salvaguardar a más de un millón de abejas, al mismo tiempo que busca incrementar la productividad agrícola en los cultivos de café y cítricos. Con su implementación en países como Colombia y Cabo Cañavera en Florida, el Bee Lab ha llegado ahora a la localidad de Naranjo en Costa Rica, donde se espera establecer un total de 20 colmenas que serán monitoreadas de manera constante. Esta acción se complementará con la tecnología avanzada proporcionada por Ubees Enterprise, abarcando más de 300 hectáreas de tierras productivas que podrán beneficiarse de la polinización eficiente que ofrecen estos insectos tan vitales.

Una de las metas más relevantes de este proyecto no solo se centra en la protección de las abejas, sino también en la promoción de la polinización natural, así como en la educación de las comunidades rurales. A través de la apicultura regenerativa, el Bee Lab tiene la intención de empoderar a estas comunidades, generando oportunidades económicas y fomentando prácticas agrícolas sostenibles. Diana Leal, gerente general de la región de los Andes y América Central en Genomma Lab, destacó el impacto positivo que puede tener la apicultura regenerativa en las comunidades locales, afirmando que: «Esta práctica no solo protege a las abejas y mejora los rendimientos agrícolas, sino que también contribuye a fortalecer a las comunidades locales al proporcionar herramientas para alcanzar un futuro más sostenible y equitativo».

Diversos estudios han demostrado cómo la polinización, lograda en gran medida por las abejas, tiene un efecto sumamente beneficioso en la agricultura. Por ejemplo, en el caso específico del café Arábica, la presencia de abejas puede incrementar la cosecha en más de un 26%, mientras que la calidad del grano puede mejorar en hasta un 30%. Este aumento en la calidad y cantidad de producción puede resultar en clasificaciones más altas para el café, permitiendo a los productores obtener precios más competitivos en el mercado.

Del mismo modo, los núcleos de laboratorio. (Foto por consentimiento)

Reducir las consecuencias

El contexto actual hace que este tipo de iniciativas sean aún más importantes, especialmente frente a los efectos del cambio climático que enfrenta la región, manifestados a través de lluvias prolongadas y sequías que amenazan sectorialmente la producción cafetera. A través de prácticas como las promovidas por Bee Lab, se presentan estrategias efectivas para mitigar esos efectos adversos y mejorar la resiliencia del sector agrícola ante los desafíos climáticos. Tomás Gutiérrez, propietario del café V&G Finca San Juanillo, que alberga al laboratorio de abejas en Costa Rica, resaltó la importancia de este trabajo. «Instalar el laboratorio de abejas nos permite evidenciar el impacto positivo que tienen estos polinizadores en nuestros cultivos y responde a nuestra visión de ser una granja innovadora que adopta prácticas regenerativas que optimizan la producción de café», afirmó. Este sincero compromiso con la sostenibilidad demuestra cómo la integración de la apicultura en la agricultura puede generar un futuro más floreciente y equilibrado para todos.