Este fin de semana, la tragedia golpeó a Costa Rica con el asesinato de dos mujeres, una en Cartago y otra en Liberia, según los informes proporcionados por la Agencia de Investigación Judicial (OIJ). La violencia de género sigue siendo una preocupante realidad en el país, y estos incidentes solo añaden más al creciente clamor por justicia y protección para las mujeres.
El incidente más reciente ocurrió en el Dique de Cartago de San Nicolás. Los vecinos, al escuchar múltiples disparos, llamaron de inmediato a la línea de emergencia 9-1-1, alertando sobre la inflamación de armas de fuego en la zona. Lamentablemente, la mujer que fue víctima de este ataque fue trasladada al Hospital Maximiliano Peralta en Cartago, donde los médicos confirmaron su fallecimiento.
La víctima ha sido identificada como Rodríguez, una joven de apenas 18 años de nacionalidad nicaragüense. Su cuerpo fue enviado a la morgue judicial para una autopsia, y hasta el momento, las autoridades señalan que no hay detenidos relacionados con este caso. El silencio en torno a la resolución de estos crímenes solo intensifica el miedo e inseguridad entre las mujeres en el país.
Además, en otro desgarrador incidente, el cuerpo de una mujer desaparecida desde el 24 de marzo fue descubierto el pasado sábado. Esta joven fue identificada como Marcela Hernández, de 19 años. La investigación llevó a los oficiales hasta las rondas de la cruz en Guanacaste, donde el subdirector de la OIJ, Michael Soto, halló el cuerpo en una granja de la zona.
Las autoridades han identificado a un sospechoso del crimen, un hombre de 45 años también nicaragüense, quien había tenido una relación romántica con Marcela. Este individuo residía en la granja y estuvo presente en el lugar durante el momento del ataque, lo que lo llevó a ser arrestado y a enfrentar las consecuencias de sus actos.
15 casos
Entre el 1 de enero y el 6 de abril de 2025, el país ha registrado 15 casos de feminicidios. Este alarmante número incluye dos casos donde los hijos han sido responsables de quitarle la vida a sus madres. Uno de esos trágicos incidentes ocurrió en Isabel de Turialba el 20 de febrero, donde una madre de 63 años perdió la vida. El principal sospechoso, un hombre de 37 años llamado Van-Man González Distle, se encuentra en detención preventiva por seis meses mientras se lleva a cabo la investigación.
El segundo caso ocurrió en Santa Bárbara de Heredia el 15 de marzo, donde un hombre de 24 años habría asesinado a Kattia Jara, de 54 años. Dicha relación se presenta como problemática, ya que la mujer intentó en múltiples ocasiones ayudar a su pareja en su lucha contra la adicción a las drogas. Esta serie de eventos trágicos recalca la urgencia de atención y medidas significativas contra la violencia de género en el país.
Entre 2022 y 2024, se ha observado un aumento en la tasa de feminicidios, de 0.59 a 1 por 100,000 mujeres, en casos donde los crímenes han sido cometidos por exparejas. Esta dura realidad fue compartida por Silvia Mesa, integrante de la red feminista contra la violencia hacia las mujeres, durante un foro llamado «Indignación a la acción: reacciones al asesinato femenino», organizado por el Instituto de Estudios de la Mujer (IEM) de la Universidad Nacional (A).
Diversos sectores pro derechos de las mujeres han exigido la declaración de una emergencia nacional y han cuestionado la efectividad del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) en su respuesta ante esta crisis. A finales de febrero, se presentó una moción para solicitar la renuncia inmediata de la Ministra de Mujeres, Cindy Quesada, debido a la frustración acumulada por la violencia de género y la falta de respuesta efectiva.
En respuesta a estas demandas, la ministra Quesada envió un comunicado a los legisladores, enfatizando que su compromiso con la defensa de las mujeres ha sido inquebrantable. Declaró que ha priorizado su trabajo en la protección y promoción de los derechos de las mujeres desde el inicio de su gestión, aunque la cruda realidad nos dice que aún queda mucho por hacer.
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