China ha tomado medidas enérgicas para responder a las tarifas impuestas por el presidente Trump, tomando una postura firme y decidida que ha dejado claro su descontento con las decisiones unilaterales de Estados Unidos. Esta acción representa una escalada significativa en la disputa comercial entre las dos naciones, desencadenando un ciclo de represalias que podría tener efectos duraderos en la economía global.
BEIJING, 04 APR (Elmundo.CR) – En un movimiento directo en respuesta a la reciente imposición de una tarifa del 34% sobre todas las importaciones chinas por parte del gobierno estadounidense, el Ministerio de Finanzas de China ha anunciado este miércoles que adoptarán una tarifa equivalente del 34% a todos los productos que provengan de Estados Unidos. Esta nueva tarifa comenzará a aplicarse a partir del 10 de abril de 2025, con lo que los funcionarios chinos buscan contrarrestar lo que consideran una agresión comercial por parte de su contraparte estadounidense.
Esta medida, según lo describió Beijing, es una respuesta a lo que consideran acciones intimidatorias y coercitivas por parte de Estados Unidos, las cuales son vistas como una violación de los principios del comercio internacional. China ha enfatizado que dichas acciones no solo amenazan sus derechos legales, sino que también ponen en peligro la estabilidad económica y el orden mundial en general. La retórica utilizada por los funcionarios chinos resalta su preocupación sobre cómo esta guerra comercial podría tener implicaciones mucho más amplias que afectan a millones de trabajadores y empresas en todo el mundo.
La Comisión de Tasas del Consejo de Estado Chino ha respaldado su acción, justificándola en función de las leyes locales y el derecho internacional. En su comunicado, hicieron un llamado a Estados Unidos para que retire sus tarifas de inmediato y busque un enfoque para resolver las diferencias comerciales a través del diálogo constructivo y el respeto mutuo. Este llamado a la negociación es un intento de desescalar la tensión y encontrar un camino hacia la cooperación económicas entre las dos naciones.
Es importante destacar que la imposición de estas tasas no es solo un mero intercambio de medidas represivas, sino que también es visto como un aumento considerable de la presión sobre la cadena de suministro global. Dado que tanto China como Estados Unidos son dos de las economías más grandes del mundo, las decisiones que tomen cada una de ellas no solo impactarán a sus propias economías, sino que pueden repercutir en los mercados internacionales, generando inquietud sobre la posibilidad de una guerra comercial prolongada.
La respuesta de China subraya cómo el país se ha mantenido firme en su posición ante las actitudes de Washington y destaca la importancia crítica de resolver disputas comerciales mediante un diálogo adecuado y un enfoque cooperativo. Los analistas del mercado internacional están observando con atención este desarrollo, ya que las mayores tensiones entre estas dos superpotencias podrían frenar el crecimiento económico mundial y afectar las relaciones comerciales en otras partes del mundo.
Xavier condega
El mundo CR