Ciencia y tecnología

Aduanas, clausura de refinerías y exceso de producción.

El reconocido experto en energía Javier Blas compartió a través de la plataforma social X (anteriormente conocida como Twitter) un análisis sobre el notable descenso de los precios del barril de Brent. Según su reporte, el valor del barril ha experimentado una de las caídas más significativas en varias décadas. En un lapso no mayor a dos días, el barril de Brent se desplomó en $10.4, alcanzando un precio de $65.14. Este brusco descenso evoca memorias de caídas históricas como la crisis energética provocada por el conflicto de Ucrania en 2022, la pandemia de COVID-19, la guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia en 2020, la crisis financiera global de 2008, así como la guerra del Golfo de 1991.

Una situación crítica. Según informaciones obtenidas de Reuters, el colapso del petróleo crudo estuvo catalizado por la reciente implementación de aranceles por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Estas políticas arancelarias han suscitado un clima de incertidumbre que ha desencadenado temores sobre el crecimiento económico a nivel global y, por ende, la demanda de energía.

Un golpe tras otro. A los numerosos eventos de volatilidad y las incertidumbres políticas de los últimos años se suma el cierre inminente de refinerías. Según un análisis en OilPrice, el 20% de las refinerías en el mundo enfrenta un cierre eventual, a pesar de que la demanda de combustible continúa en aumento. Este desbalance entre la capacidad de producción y la infraestructura existente añade más tensión al mercado energético. Además, muchos operadores del sector parecen haber perdido la esperanza en una recuperación sólida y sostenida en el consumo energético, lo que ha llevado a adoptar posturas más conservadoras en los mercados de futuros.

La OPEP+ sigue adelante. En pronunciamientos recientes, la OPEP+ ha decidido acelerar su plan de aumento de producción, incorporando 441,000 barriles diarios a partir de mayo, lo que podría permitir que el mercado alcance un incremento de hasta 2.2 millones de barriles por día. Este aumento en la producción de crudo podría ejercer más presión sobre los precios del petróleo, especialmente considerando que Kazajstán sigue produciendo sin limitaciones. Según un reportaje del New York Times, algunos analistas interpretan esta decisión como una respuesta al intento de Trump de reducir los precios del combustible, mientras que otros la ven como un mecanismo para evitar que los miembros excedan sus cuotas de producción.

¿Estamos ante una tendencia a la baja? La situación actual podría mantenerse en un estado de inestabilidad a corto plazo. Por un lado, los aranceles y el aumento de la producción por parte de la OPEP+ podrían continuar presionando los precios a la baja. Por otro lado, el cierre de algunas refinerías podría mantener elevados los precios de los productos derivados, como la gasolina y el diésel. A pesar de que el costo del petróleo crudo se mantiene bajo, los desequilibrios en la oferta y la infraestructura del sector energético están generando tensiones persistentes. En consecuencia, los próximos meses serán decisivos para determinar si esta reciente caída representa una simple fluctuación o si se inscribe dentro de una tendencia más prolongada.

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| El dilema petrolero aparentemente ignorante: la OPEP+ quiere producir mucho más sin hundir los precios