El volcán Poás sigue manifestando actividad eruptiva sostenida el jueves, la cual se evidencia a través de pulsos regulares que generan tanto gases como fragmentos sólidos en forma de bombillas. Esta situación ha sido confirmada por Geoffroy Avard, un reconocido volcanólogo del OVSICORI, que ha resaltado la intensificación de la erupción en los últimos días.
El experto indicó que «el volcán ha despertado, como sucedió ayer, lo que significa que la actividad eruptiva continúa. Está generando pulsos regulares que lanzan cenizas y bombillas, manteniendo un notable desgaste». Estas palabras subrayan la magnitud de la situación actual y sirven como un llamado de atención a la población.
La actividad nocturna del miércoles a jueves mostró explosiones que enviaron rocas calientes a considerables altitudes. «Observamos bombillas que se elevaban entre 300 y 400 metros durante la noche», comentó Avard, destacando así el poder de la actividad volcánica durante ese periodo.
Asimismo, las alturas alcanzadas por las explosiones superaron las emisiones materiales, que fueron impulsadas por una fuerte presión interna. «Observamos períodos de mayor actividad intercalados con pulsos regulares, donde la energía puede llegar a alcanzar hasta 400 metros», agregó el experto. Esto indica que el volcán sigue en una fase altamente dinámica y variable.
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Primavera
Por otro lado, las condiciones del viento han permanecido equivalentes a las del miércoles, y se anticipa que las zonas afectadas por la ceniza, como Grecia, Alajuela y Sarchí, vuelvan a experimentar esta problemática.
Avard reiteró que «el volcán sigue activo y muestra una alta intensidad», lo que hace crucial mantener la vigilancia constante y seguir las pautas de seguridad sugeridas por las autoridades del Parque Nacional y la Comisión Nacional de Emergencia (CNE).
Las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y otros compuestos son consideradas un riesgo significativo para la salud pública, en particular para individuos con afecciones respiratorias preexistentes.
«La exposición prolongada a esta ceniza puede exacerbar problemas como asma, bronquitis y otras enfermedades pulmonares. Por lo tanto, es vital limitar la actividad física en las primeras horas del día y al final de la tarde, momentos en que las partículas se concentran más», advirtió José Pablo Sibaja, experto en química atmosférica.
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Kalima
Recientemente, además de las emisiones gaseosas del Poás, muchos ciudadanos han notado una capa gris en el aire. Este fenómeno se conoce como Kalima y es consecuencia de la presencia de partículas suspendidas en la atmósfera.
«Lo que se está observando actualmente es una mezcla de diversas sustancias, principalmente partículas finas junto con algunos gases. La densidad de estas partículas puede provocar que la capa atmosférica tome diferentes tonalidades. Cuando la concentración es alta, la apariencia gris puede ser acentuada por la radiación solar», explicó Sibaja.
Estas partículas que componen el kalima son increíblemente diminutas. «Su tamaño se asemeja al de un cabello, que se divide en 10 o hasta 15 partes más. Pueden permanecer en la atmósfera entre 15 días y un mes, y no hay un método inmediato para su eliminación», aclaró el experto.
Tecnológicamente, en varias regiones del país, la presencia del kalima está asociada a la actividad volcánica. “En el Valle Central, la materia particulada puede proceder de diversas fuentes. Sin embargo, en Occidente se detecta una influencia directa del volcán”, añadió Sibaja.
A pesar de eso, en áreas como Cartago y San José, el impacto de la actividad volcánica es bastante limitado. «Los vientos predominantes se dirigen hacia el suroeste y oeste, de manera que en estas áreas la calima no está relacionada con el volcán Poás», enfatizó.
Las condiciones climáticas son un factor fundamental en la persistencia de este fenómeno; durante la estación seca, se facilita que la radiación solar y el viento mantengan las partículas suspendidas en el aire.
Por último, los incendios forestales o estructurales también pueden contribuir a la formación de kalima. «La lluvia es esencial para eliminar estas partículas. Tras una buena lluvia, las gotas absorben las sustancias en suspensión y las deposita en el suelo, lo que permite que el aire se considere más puro», concluyó el experto.