En el año 2010, un grupo de investigadores europeos se embarcó en una fascinante expedición hacia la vertiente más elevada, árida y hostil de la Sierra de Gredos con un objetivo muy particular: recolectar trenzas de líquenes. Su propósito era singular y ambicioso: llevar estos organismos al espacio para observar cómo se comportaban en un entorno extremo. El deseo de entender la resiliencia de la vida en condiciones adversas los motivó a llevar a cabo este estudio inusual.
Después de un arduo trabajo, el experimento se llevó a cabo. Sin embargo, los líquenes castellanos no viajaron solos. También formaron parte del experimento un líquido proveniente de los Alpes y varios hongos criptobióticos procedentes de los secos valles de McMurdo en la región de la Antártida. Estos organismos pasaron 18 meses en la Estación Espacial Internacional, donde fueron expuestos a un ambiente de vacío, a la escasez de agua, a temperaturas extremas y a radiaciones perjudiciales. Sorprendentemente, sobrevivieron a todas estas adversidades.
El éxito de este experimento representó una excelente noticia. Sin embargo, había aún más que contar.
No solo fue este el único experimento realizado. En realidad, una parte significativa de los ensayos fue enviada a los Estados Unidos, mientras que el resto fue sometido a un riguroso estudio en un laboratorio en la Tierra, diseñado específicamente para imitar las condiciones de la superficie de Marte. Este laboratorio logró recrear fluctuaciones de temperatura que oscilaban entre -21.5 y +59.6 ºC, así como niveles de radiación cósmica superiores a 190 megrays y un vacío que variaba entre 10-7 y 10-4 pascales.
Tras un año y medio de experimentación, los resultados mostraron que los organismos expuestos a las condiciones simuladas de Marte demostraron el doble de actividad metabólica en comparación con aquellos que estuvieron en el entorno espacial. Particularmente, el líquen alpino (Xanthoria elegans) reveló un incremento del 80% en su actividad metabólica. Aunque estos hallazgos eran intrigantes, no fueron concluyentes.
Sin embargo, ¿pueden simplemente sobrevivir o ir más allá? Un equipo de investigación polaco tomó la iniciativa de explorar este tema. Su método también era simple: examinar las reacciones bioquímicas y fisiológicas de ciertos tipos de vida, así como de los líquenes en condiciones extremas.
A pesar de que el estudio realizado en 2015 no logró determinar con exactitud lo que sucedió durante los 18 meses en el espacio, se enfocó en examinar lo que había perdurado a lo largo del tiempo. Los investigadores polacos prestaron especial atención a los cambios que ocurrieron a lo largo del proceso.
Los resultados, aunque variados, fueron prometedores. En el caso de los dos tipos de licencia utilizados en el estudio, uno de ellos, el C. aculeata, no pudo sobrevivir al estrés oxidativo y los daños asociados, a pesar de la presencia de altas cantidades de melatonina. En cambio, el otro tipo, D. Muscorum, sí mostró eficacia al activar sus mecanismos de defensa, generando depósitos cristalinos basados en cristales. Esto abre un panorama interesante para futuras investigaciones sobre la supervivencia en ambientes extremos.
… La noticia es alentadora. No solo porque brinda información valiosa para afrontar los retos de supervivencia y habitabilidad en Marte, sino que, además, amplía «nuestra comprensión de los procesos biológicos que pueden ocurrir en condiciones que simulan las de Marte y exhibe de qué maneras reaccionan los organismos hidratados a la radiación ionizante.»
Aún tenemos muchas preguntas sobre si es un paso acertado contaminar Marte con formas de vida provenientes de la Tierra. Sin embargo, la intuición apunta a que esta eventualidad será inevitable. De hecho, este proceso ya se encuentra en marcha, lo que genera debates éticos y científicos sobre las implicaciones de tal acción.
Imagen | Fuente | Fotografía por Daniele Colucci
En | Elon Musk sugirió que Marte podría ser considerado parte de los Estados Unidos. Esta afirmación ha suscitado un debate interesante en torno a los derechos territoriales en el espacio.