En enero de 2018, el automóvil que conducía Tonya Illman se atascó en la arena. Estaban en la isla Wedge, 180 kilómetros al norte de la ciudad australiana de Perth; Mientras esperaban que llegara la asistencia en la carretera, Tonya dio un paseo por la playa.
Y fue allí, entre las dunas, donde Vi algo que sobresalía de la arena.. Parecía una botella vieja y la cogió porque pensó que quedaría bien en su estantería. Luego, cuando vaciaron la arena del contenedor, encontraron un trozo de papel: un formulario en el reverso, una pequeña nota escrita a mano en el reverso.
Tonya acababa de encontrar una nota que había sido arrojada al mar por el barco alemán Paula el 12 de junio de 1886. Un mensaje que había tardado 132 años en llegar a su destino. Bueno, así es exactamente como intentamos devolver la vista a las personas ciegas: arrojamos botellas eléctricas al mar de neuronas de nuestro cerebro.
Ahora un equipo español quiere cambiar eso.
¿Qué pasó? Así lo ha descubierto un equipo de la Universidad Miguel Hernández de Elche y el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER). de publicación reciente Datos de un nuevo sistema de imágenes corticales de “ida y vuelta”; es decir, es capaz de ajustar la estimulación según la respuesta neuronal.
Los resultados (aunque están en fase preclínica) son excelentes.
¿Cómo funciona? Se trata de un dispositivo de unos cuatro milímetros de tamaño con 100 microelectrodos que se implanta a través de un pequeño orificio de unos 10 milímetros. Lo interesante es que es un sistema que registra y estimula al mismo tiempo. Esto le permite ajustar los patrones de estímulo en tiempo real y ajustar la estimulación para que se adapte a sus necesidades.
Y esa fue la parte complicada. En definitiva, enviar estímulos al cerebro es trivial; Pero con el paso de los años fue como tirar una botella al mar: sabía lo que enviabas, pero no lo que recibías. Cuando se cierran estos nuevos todo cambia.
¿Son los primeros en conseguirlo? examen Bases de datos de ensayos clínicosParece que hay algunas otras empresas que desarrollan el mismo tipo de dispositivos: la tendencia parece clara y podemos ver cómo ha cambiado el mercado desde entonces.
Parecen un poco más avanzados, pero no demasiado. Esta es una buena noticia para la UMH y para España. Está claro que actualmente sólo tenemos una forma de abordar este problema: “Personalizar” la forma en que los sistemas estimulan el cerebro. Y eso sólo funciona a través de estos circuitos cerrados.
Sigue siendo extraño que el campo de la investigación haya sobrevivido a fracasos tan infames como los de prótesis de retina (lo que dejó a mucha gente en la estacada). Pero aquí estamos un paso más cerca de mirar hacia atrás.
Imagen | Ruiqi Kong
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