
El directorio de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) aprobó el segundo presupuesto extraordinario de 2025, que incluye los recursos necesarios para retomar el pago de las licencias asistenciales y de fase terminal, que se encuentran suspendidas desde agosto por falta de fondos.
Según la institución, el ajuste presupuestal asciende a ¢50.458 millones e incorpora montos del tercer presupuesto extraordinario de la República, que fue aprobado en octubre.
De ese total, ¢2.700 millones se destinarán al pago de las licencias otorgadas por la Ley 7756, mientras que el resto será para cubrir pensiones y bonificaciones del régimen no contributivo (RNC) y obligaciones del IVM.
“La aprobación de este presupuesto extraordinario es fundamental para mantener el pago de las licencias para la atención de pacientes terminales y la atención de menores gravemente enfermos, así como las licencias extraordinarias”, dijo Mónica Taylor, presidenta ejecutiva de la CCSS.
El funcionario agregó que la medida también garantiza los recursos necesarios para pagar pensiones y bonos en los programas más vulnerables.
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Presidente se reunió con un grupo de familias que protestaban por la suspensión de sueldos. (Archivo de fotografía/observador).
Recursos en medio de la controversia
Por otro lado, la decisión de la CCSS se produce en medio de una controversia política sobre la legalidad del uso de los fondos.
El presidente Rodrigo Chaves sostiene que la aprobación del presupuesto en el Fondo es suficiente para desbloquear los pagos.
Mientras que el diputado Jonathan Acuña, del Frente Amplio, advierte que la Contraloría General de la República (CGR) puede rechazar el traslado por falta de fundamento jurídico.
La polémica surge porque la Ley 7756 solo autoriza el uso del 0,5% del Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf) para financiar estas licencias.
Sin embargo, los nuevos recursos provienen del Presupuesto Nacional, no del Fodesaf.
“El propio Ministro de Trabajo señaló que era necesaria una reforma a la ley para incorporar recursos superiores al 0,5% del Fodesaf”, enfatizó Acuña.
«Lo que se busca es evitar que la Contraloría rechace el presupuesto sólo porque no aprobaron el proyecto que ya fue votado por unanimidad en el primer debate», agregó.
Si bien el Proyecto de la Cámara 25.240, que formaliza la ampliación del financiamiento, fue aprobado en primer debate por unanimidad, depende del llamado del Poder Ejecutivo para avanzar al segundo debate.
La junta directiva instruyó a la gerencia financiera enviar el presupuesto a la Contraloría, enfatizando la urgencia de garantizar los pagos antes de fin de año.
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El diputado Jonathan Acuña explicó que la iniciativa es necesaria porque la Contraloría puede rechazar los recursos por el origen de los fondos. (Archivo de fotografía/observador).
que el Consejo aprobó
De acuerdo con información de la CCSS, la adaptación aprobada se distribuye de la siguiente manera:
- ¢2.742,5 millones para Seguros de Salud, destinados casi en su totalidad al pago de licencias asistenciales y fase terminal.
- ¢36.161,6 millones para el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), destinados al pago de pensiones y obligaciones actuariales.
- ¢11.554,7 millones para el régimen no contributivo (RNC), para garantizar el pago de pensiones y bonificaciones a cerca de 150.000 beneficiarios.
“Con este presupuesto podremos asegurar recursos suficientes para cubrir los beneficios económicos de dos poblaciones altamente vulnerables, los cuidadores de pacientes graves y los jubilados del RNC”, afirmó Gustavo Picado, gerente financiero.

