Ciencia y tecnología

La palabra de moda en el mundo del ejercicio y la pérdida de peso es «autofagia». Suena bien, el único problema es que es una tontería. – Al Día cr

El 7 de diciembre de 2016. Yoshinori Ohsumi Se paró en el escenario del aula de medicina del Instituto Karolinska de Estocolmo y comenzó a explicaren detalle “los descubrimientos de los mecanismos de la autofagia”. Tres días después, ante una sala completamente llena, ganó el Premio Nobel de Medicina y Fisiología.

Decenas de personas se dedican ahora a utilizar estos mecanismos para adelgazar. ¿No es éste un hermoso ejemplo del valor de la ciencia básica? En realidad lo sería si no fuera todo falso.

La autofagia existe. Por supuesto que sí: como dije, El Premio Nobel de 2016 fue para su descubridor. Es un mecanismo celular que recicla los componentes dañados. Sabemos que cuando hay falta de nutrientes o estrés, la célula envuelve partes de sí misma (proteínas dañadas, orgánulos viejos como las mitocondrias) en vesículas de doble membrana llamadas autofagosomas, que se fusionan con lisosomas para descomponer y reutilizar estos componentes.

Es algo esencial en la vida celular. Básico, imprescindible: Indispensable para el mantenimiento de la funcionalidad del tejido durante toda la vida. Esto mantiene el bienestar interno, obtiene energía o materiales adicionales y contribuye a la defensa celular.

Se llega a tal punto que hace unos días la revista Nature Immunology explicado en detalle cómo todo esto es un factor fundamental en la longevidad.

Entonces ¿cuál es el problema? Medir su efecto en los humanos es complejo. Al menos marcadores directos. son esquivos fuera de biopsias o condiciones de laboratorio estrictamente controladas. Abundan los marcadores indirectos, sí; pero no son muy específicos.

Esto llama nuestra atención sobre el hecho de que el ayuno prolongado activa los mecanismos de autofagia, sí; Pero no sabemos nada sobre el ayuno intermitente ni sobre ningún tipo de dieta que lo haga posible. Incluso si podemos detectar un aumento en la expresión del gen de la autofagia, no podemos dar el salto hacia los beneficios clínicos.

Entonces… Entonces, ¿se puede utilizar para bajar de peso? Pues no. La verdad es que venderlo como un “truco” para perder peso va demasiado lejos: el peso se pierde mediante un déficit de calorías, no “comiéndose uno mismo”. En definitiva, todos los ejemplos enumerados no son más que la extrapolación de modelos de células aisladas. no hay ninguno sin evidencia científica alguna que confirme todo esto.

Lo único que sabemos sobre la autofagia a nivel clínico es que suena bien: vende.

Y eso es realmente suficiente. Para mantener las distancias, la “autofagia” es la nueva “dieta cuántica”: algo que suena científico, es defendido por la comunidad de expertos y no significa absolutamente nada. Un caldo de cultivo perfecto para charlatanes.

¿Es una estafa entonces? Yo no diría mucho. Además, en los próximos años podremos descubrir que los mecanismos de autofagia en realidad tienen ciertos efectos sobre la nutrición normal. Lo importante es que en el camino no todos los que quieran explotarlo destruyen el crédito que Oshumi se ha ganado con su trabajo revolucionario.

Imagen | Marco Vitiello

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