
La presencia de animales salvajes en las zonas urbanas de Costa Rica ha dejado de ser raro para convertirse en un fenómeno creciente que despierta un desafío de salud.
Mapaches, Pizote, Tsigüeyas, Coyotes e incluso ciervos se observan cada vez más frecuentemente en áreas residenciales, lo que plantea preocupaciones sobre los posibles riesgos para la salud pública.
Según Mario Baldi, veterinario y maestro del Programa de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional (ONU), la llegada de la vida silvestre a las ciudades ha aumentado durante 15 años.
«Han observado un número significativo de mamíferos como los tsoriges, ratas, coyotes y ciervos. Este último informó con más frecuencia en estas áreas», dijo el especialista.
Además de la búsqueda en la basura o las mascotas que atacan, el contacto con estas enfermedades animales puede transmitir a los humanos.
(Cortesía de Photo/Mario Baldi).
Nota Más: Ape y Mapaches del Parque Nacional Manuel Antonio tienen caries, colesterol alto y triglicéridos
Más bosques, más animales en la ciudad
«Ver a estos animales en la ciudad no implica que los humanos entren en sus hábitats», dijo Baldi.
Según el experto, la cobertura forestal de Costa Rica ha aumentado en un 25%en los últimos treinta años. «El problema es que las áreas urbanas han crecido dentro de sí mismas y se han convertido en un ecosistema urbano muy complicado», dijo.
Algunas especies tienen la capacidad de ajustarse y vivir en las ciudades, mientras que otras desaparecen o buscan áreas más boscosas.
«No todas las especies pueden colonizar el espacio vital. Algunas desaparecen o buscan más áreas boscosas; otras se establecen como residentes de los residentes», dijo Baldi.
Gracias a esta capacidad de adaptarse, animales como Mapaches y Pizote encuentran comida y refugio en hogares, oficinas o calles, que aumentan las posibilidades de contacto con las personas.
(Foto de archivo/observador).
Observe más: Coyote fue rescatado en Cartago: ¿Por qué hay tantos de estos animales en la provincia?
Recomendaciones de población
Para evitar conflictos, el especialista recomienda no alimentar o acercarse a estos animales, así como fortalecer la seguridad de la vivienda.
«No voy a ponerme con ellos o hacer nada contra ellos, sino puertas cercanas, posibles entradas a camisas de satén, basura en un bloqueo de bloqueo y no causar un ambiente atractivo», dijo.
También fortaleció el mensaje clave para la población; La vida silvestre no es mascotas, sino animales salvajes que en algunos casos pueden ser portadores de enfermedades.
Su presencia también debe entenderse como parte de la dinámica de las ciudades y es la clave para prevenir los riesgos, además de reducir los incidentes.